El problema de la vivienda sigue aumentando en España. El precio, la demanda, los alquileres... y la 'okupación'. Muchos propietarios temen a la hora de alquilar sus casas, ya que no saben como puede acabar la situación. Muchos 'okupas' entran en casas vacías, ya sea de forma permanente o puntual, pero otros no entran, se quedan. Estos son conocidos como los 'inquiokupas', que son aquellos que se niegan a abandonar la vivienda una vez finaliza su contrato de alquiler.
Esta situación la sufrieron Ester y José, un matrimonio que al querer volver a vivir en su casa de Tarragona tras una etapa en Canarias, se encontró con la negativa de sus inquilinos a abandonar su casa. La 'okupación' les llevó a la dramática situación de tener que irse a vivir a su garaje, a 150 metros de su casa, donde tienen una furgoneta con dos colchonetas donde duermen como buenamente pueden. Ahí cocinan en un hornillo, se duchan con garrafas de agua y hacen sus necesidades en un retrete portátil que han adquirido. En estas duras condiciones, salvo giro de los acontecimientos, se verán obligados a resistir hasta noviembre de 2025, fecha en la está programada la vista del juicio.
Cuando ocurre esto, legalmente esta permitido negociar con los 'okupas', pero no coaccionarles cortando los suministros de luz ni los servicios básicos, según explica una abogada. De hacerlo, el propietario se puede enfrentar a graves consecuencias como le ha ocurrido a Pilar, una mujer de La Coruña que lleva casi cinco años intentando recuperar su piso. Esta mujer dejó de pagar las facturas del agua su piso 'okupado' y ahora se enfrenta al embargo de parte de su pensión.
"Estimada María Pilar, queremos informarte sobre la retención en tus cuentas como consecuencia de un proceso de embargo", fue el mensaje que recibió la mujer, según revela 'El Debate',. En declaraciones al medio mencionado, la mujer se mostró devastada: "Es muy triste porque yo nunca le he debido dinero a nadie. Nunca he tenido deudas y ahora me embargan lo que es mío". Una situación muy llamativa, ya que la 'inquiokupa' sí tiene la luz a su nombre. La mujer, "con toda la vergüenza del mundo", llegó a acudir a los servicios sociales en busca de una solución que aún no ha encontrado".
También creó una asociacíon, bajo el nombre de APROVIJ (Asociación de propietarios de viviendas contra la inseguridad jurídica), junto a otros 15 afectados para "alzar la voz contra el abuso constante al que nos somete el Real Decreto 11/2020", que según explica les ha dejado indefensos.
Pilar y su marido decidieron alquilar el céntrico piso a una mujer de origen marroquí, que les rogaba el alquiler, ya que aseguraba que nadie la alquilaba por su país de origen. "Yo no estaba muy conforme pero terminé aceptando", afirmó una Pilar a la que acabaron convenciendo, en declaraciones a 'El Debate'. Los problemas llegaron en 2020 con el fallecimiento de su marido. La hasta entonces inquilina dejó de pagar aprovechando ese momento. Esta situación impide a Pilar vivir en la misma ciudad que sus hijos.