Aunque comúnmente se cree que las ballenas son los animales más grandes del mundo, en realidad existe un ser vivo marino que supera por lejos su tamaño.
Reconocido por National Geographic, este ser vivo marino no solo es el más grande, sino también uno de los pocos seres vivos que puede ser visto desde el espacio debido a su impresionante tamaño que alcanza los 34 metros de largo y los 32 metros de ancho.
En octubre de 2024, durante una expedición en las Islas Salomón, el equipo Pristine Seas de la National Geographic Society descubrió la mayor colonia de coral del mundo.
Se trata de un megacoral, con dimensiones de 34 por 32 metros, que supera en tamaño incluso a la ballena azul. Su enorme extensión es tan impresionante que puede verse desde el espacio, aunque durante mucho tiempo permaneció oculto.
El equipo de investigación destacó que se trata de la mayor colonia de coral jamás registrada, compuesta por casi mil millones de pólipos de coral genéticamente idénticos que operan juntos como un solo organismo.
Además, gracias a su altura de aproximadamente 5 metros, los científicos calcularon que esta colonia tiene unos 300 años, aunque es posible que sea aún más antigua.
Los corales son animales marinos invertebrados que forman parte de un grupo llamado Cnidarios. Cada coral individual se llama pólipo, pero generalmente viven en colonias formadas por cientos o incluso miles de pólipos, todos genéticamente idénticos. Juntos, estos crean los arrecifes de coral.
Según la Fundación Aquae, los arrecifes de coral son el ecosistema marino más rico en biodiversidad y que más funciones ofrece al ecosistema oceánico. Alrededor del 25% de todos los organismos marinos dependen de ellos.
Entre sus funciones beneficiosas para el planeta se encuentra las siguientes:
Según la Fundación Aquae, los corales enfrentan múltiples amenazas, siendo el cambio climático y las actividades humanas las más graves.
Uno de los efectos más perjudiciales del cambio climático es el blanqueamiento de los corales. Cuando la temperatura del agua aumenta, los corales expulsan las algas con las que viven, perdiendo su fuente vital de alimentación. Si las olas de calor se prolongan, los corales se debilitan y pueden morir.
Además, las emisiones de gases de efecto invernadero contribuyen a la acidificación de los océanos. Esto debilita los arrecifes al disolver el carbonato cálcico de los corales, afectando su estructura y salud.
Por otro lado, la sobrepesca y el uso de productos industriales, como los microplásticos y las cremas solares que contienen oxibenzona, tienen un impacto negativo en los arrecifes.