La reapertura de la catedral de Notre-Dame de París, el 8 de diciembre de 2024, ha sido un acontecimiento histórico cargado de simbolismo. Este monumental proyecto, que surgió de las cenizas del incendio de 2019, representa no solo la restauración de un edificio icónico, sino también la perseverancia y unidad de miles de personas comprometidas con preservar un tesoro cultural y espiritual.