"El coeficiente intelectual y las notas académicas están sobrevalorados", afirma Craig Wright, experto que lleva más de dos décadas estudiando a las personas más brillantes la historia. En una época en la que la mayoría de la población se centra en cumplir los estándares de la sociedad, este doctor explica en la BBC que ninguno de los grandes genios los cumpliría. Bill Gates y Bob Dylan son dos ejemplos de personas que han triunfado sin acabar los estudios.
Craig Wright argumenta que medir la genialidad por el coeficiente intelectual es un error, que la clave es el pensamiento lateral: "Ven distintas cosas de forma simultánea porque han vivido una cantidad de experiencias y, como resultado, pueden combinar distintos elementos que otros no podrían porque son aparentemente diferentes". También añade que la definición de genialidad varía según "a quién le preguntes y cuándo".
Este experto también explica la genialidad con una fórmula matemática: G=SxNxD. Esto significa que la genialidad (G) es igual a lo significativo (S) que es su impacto o cambio, multiplicado por el número (N) de personas impactadas y por su duración (D) en el tiempo. Craig Wright es catedrático de la Universidad de Yale y ha escrito un libro llamado 'Los hábitos secretos de los genios’. Junto con otros estudios, que se irán mencionando, revela cuatro manías que suelen tener la mayoría de los genios.
Estos genios solo pueden enfocarse en lograr su propio objetivo mental porque creen que van a cambiar al mundo. Piensan que deben arreglar algo y que solo ellos lo pueden hacer. La genialidad no es repentina. “Ese momento de lucidez es, en realidad, la culminación de un largo periodo de gestación cerebral”, explica Craig Wright. También añade lo siguiente: “La pasión es un motor que se manifiesta como trabajo duro y que puede ir desde el amor hacia algo hasta la obsesión”.
Esta pasión se puede volver en su contra y ser un problema debido a son muy destructivos con aquellos a su alrededor porque al ser tan apasionados que se vuelven obsesivos. Este experto lo explica de la siguiente manera: "Son personas muy ambiciosas que se ponen mucha presión a sí mismos y, a veces, a otros. Se pueden volver muy demandantes con los demás y subestimarlos".
Morderse las uñas puede ser una forma de autoestimulación y concentración, proporcionando alivio mental y ayudando a estimular la creatividad en las personas especialmente inteligentes, según Psychology Today. Sin embargo, se debe tener cuidado, ya que también puede estar asociado con el trastorno por déficit de atención/hiperactividad (TDAH), el trastorno negativista desafiante, la ansiedad por separación, la enuresis, trastornos de tics y otros problemas de salud mental .
Hablar con uno mismo puede ser una señal de tener habilidades de pensamiento, memoria y percepción más desarrolladas, según la investigación de Sage Journals. Esto puede ayudar a organizar los pensamientos y verbalizar los problemas para que ayude a resolverlos, ya que permite encontrar estas ideas de manera más sencilla.
Los genios son más sensibles a los estímulos, según Quiet Quality. Al procesar de manera más profunda estos estímulos, se agobian y no son tan eficaces. Por tanto, prefieren estar en un lugar tranquilo y lo más aislado posible para evitar ser molestados y poder desarrollar plenamente sus ideas y pensamientos.
