Repleta de contrastes y de una vibrante mezcla de historia, cultura, entretenimiento y lugares emblemáticos. Así es Londres, una ciudad que atrae a viajeros de todo el mundo.
Tan cosmopolita como británica, la capital de Inglaterra resulta un destino de infinitas posibilidades en la que una de sus facetas más brillantes y mágicas se descubre durante las fiestas navideñas. Por otro lado, enero y febrero son sus meses más tranquilos, lo que hace que visitarla en invierno, ya sea en Navidad con sus calles animadas y decoradas o tras ella con la calma reinando en la ciudad, sea siempre un acierto. Y es que de ambas maneras, Londres en invierno tiene un encanto especial.
Sí, Londres ofrece en diciembre y los primeros días del año un sinfín de actividades y eventos navideños que la hacen brillar. Desde sus famosos mercados navideños hasta espectáculos de música y teatro, pasando por el célebre Winter Wonderland, en Hyde Park, un parque temático que combina atracciones, pistas de patinaje sobre hielo y casetas que venden desde artesanías hasta especialidades gastronómicas.
Los christmas market son también otra actividad muy popular en la Navidad británica. Destaca el de Southbank Centre, con unas maravillosas vistas del London Eye y el Parlamento iluminado. Hay puestecitos para todos: de comida y bebida, de artículos muy variados hechos a mano, así como espectáculos y música en directo. Además, en la zona hay muchos restaurantes y cafeterías para hacer un alto en el camino y probar la gastronomía londinense.
En el lado más artístico, diciembre también es sinónimo de magia escénica en Londres. No hay que perderse los espectáculos que organiza en su programación especial la Royal Opera House o las obras del famoso West End. A esto se le suma que los amantes de las compras tienen una cita imperdible con las luces de Oxford Street y Regent Street, donde los escaparates de las tiendas se convierten en verdaderas obras de arte. Además, los grandes centros comerciales como Harrods o Selfridges no solo ofrecen productos exclusivos, sino que también se transforman en atracciones por sí mismos gracias a sus impresionantes y cuidadas decoraciones.
Y para despedir el año, nada mejor que ver uno de los momentos más esperados por los londinenses: los impresionantes fuegos artificiales sobre el río Támesis y con el London Eye como telón de fondo. Una manera perfecta de decir adiós al 2024, ¿no cree?
Si bien la magia de Londres durante la Navidad y el Año Nuevo es incomparable, la ciudad no pierde su encanto invernal una vez que las luces se apagan. Para quienes estén planeando un viaje a esta urbe ya de cara a 2025 y amen la tranquilidad, enero y febrero son ideales por ser los meses en los que hay menos turismo.
Contemplar sin grandes masificaciones sus mundialmente conocidos iconos como el Big Ben, el Tower Bridge y el Palacio de Buckingham es toda una experiencia.
Aparte de los puntos urbanos más emblemáticos, como la plaza Piccadilly Circus, la Abadía de Westminster o el British Museum, Londres está repleto de lugares que cautivan con su singularidad. Entre ellos, la galería God’s Own Junkyard, en Walthamstow, destaca por su colección de neones vintage y modernos y piezas diseñadas para películas y series. Dentro se encuentra el Rolling Scones Café, donde se puede disfrutar de café, pasteles caseros y snacks. Es un plan perfecto para quienes buscan algo alternativo.
Para los amantes del arte, Leighton House, en Kensington, es una joya arquitectónica que combina la elegancia victoriana con toques orientales, convirtiéndola en una de las casas-museo más sorprendentes de la ciudad. Muy recomendable también pasar por Camden Market, conocido por sus puestos de comida, pero si se busca algo más tranquilo, el cercano Canal de Regent’s es ideal, ya que ofrece un paseo relajante tanto a pie como en barca.
Otro imprescindible dentro de los «desconocidos» es el Sir John Soane’s Museum, una casa-museo que alberga una impresionante colección de arte y antigüedades. Y para unas vistas espectaculares, el mirador del Sky Garden, en la cima del rascacielos 20 Fenchurch Street, ofrece una panorámica inigualable de la ciudad en un entorno lleno de vegetación y con maravillosas opciones gastronómicas.
A tan solo media hora en tren desde Londres, Windsor es una escapada ideal para quienes buscan combinar historia y encanto rural. Su famoso Castillo de Windsor, residencia oficial de la familia real británica desde el siglo XI, está catalogado como el más grande y antiguo del mundo aún habitado. Durante diciembre, el castillo se viste de gala con decoraciones navideñas, incluyendo el majestuoso árbol en el St George’s Hall. Y aprovechando la visita al castillo, resulta interesante ver también la capilla de San Jorge. De impecable estilo gótico en su exterior, su interior, renovado por algunos monarcas, ha albergado numerosas bodas reales, como la del príncipe Enrique y Meghan Markle.
El propio pueblo de Windsor también invita a un recorrido pausado por sus calles adoquinadas, salpicadas de pequeñas tiendas y acogedoras y típicas cafeterías británicas perfectas para un té inglés o un chocolate caliente. Cerca de allí, el Windsor Great Park ofrece un entorno perfecto para una caminata invernal, mientras que el Savill Garden, ubicado en su interior, es un lugar especialmente hermoso para disfrutar de la naturaleza.
Y para los más peques de la casa, Legoland Windsor Resort cuenta con más de 55 atracciones donde pueden dar alas a su imaginación, luchando contra dragones, montando en barcos vikingos o sacándose su propio permiso de conducir. ¡Una experiencia que los más pequeños recordarán toda su vida!
Con todo ello, ¿no es cierto que se antoja casi irresistible viajar a Londres este invierno?