El Secretario General de la ONU, António Guterres, condenó este lunes la matanza de más de 180 personas entre el 6 y el 8 de diciembre cerca de Puerto Príncipe, después de que un sacerdote vudú informara al líder de una banda criminal que las víctimas, todas o en su mayoría mayores de 60 años, eran responsables de "ojear" a un hijo suyo hasta causarle la muerte.