Junts está marcando la agenda al Gobierno, pero el PP no se prestará a ello, aunque sí aprovecharán el juego para participar en el desgaste a Pedro Sánchez. El presidente del PP, Alberto Núñez Feijóo, ya señaló el camino hace dos semanas cuando dejó la pelota en el tejado de los socios de Sánchez al tenderles la mano para presentar una moción de censura si se sumaban al PP. De momento, nadie ha llamado a esta puerta y es por eso que el PP no entrará en el juego de Junts, pero tampoco hará de salvavidas de Sánchez. Los de Puigdemont buscan, de nuevo, mostrarse imprescindible en Madrid ante su electorado frente a su mínima influencia en Cataluña. Más aún, en la previa de la negociación presupuestaria.
En el PP ven otra oportunidad para utilizar la ofensiva de Puigdemont para incidir en que Sánchez está cercado no solo por la corrupción, sino que la grieta en Moncloa se agranda por la vía de sus socios. «La situación ha cambiado ya hay un socio que se descuelga de Sánchez», argumentan fuentes de la dirección nacional del PP. Este guion era el que se esperaba en Génova, desde donde llevan ya dos semanas advirtiendo de que la legislatura está agotada y que solo se mantendrá hasta que sus puntales decidan.
En el partido inciden que el movimiento de Junts acaba «amplificando» el desgaste de Sánchez, contando ya con unas encuestas a la contra. Es por eso que el PP no va a contribuir ahora a solucionar la encrucijada a Sánchez. Así, en el PP echan balones fuera, de cara a un órdago directo al Gobierno que llegará al Congreso en forma de proposición no de ley en febrero. La posición de Génova pasa por dejar todo el foco ahora en el PSOE y Junts, es decir, que siga evidenciándose la debilidad de Pedro Sánchez. La legislatura durará lo que Puigdemont quiera, explican en el entorno de Feijóo, donde creen que el movimiento de Junts pasa más por un órdago con el que poder encarecer el precio de su apoyo a los Presupuestos Generales del Estado.
Es por eso que el PP se muestra prudente en cuanto a desvelar el sentido del voto del grupo parlamentario popular en el caso de que la proposición no de ley sea admitida a trámite la próxima semana en el Congreso de los Diputados y debatida en pleno en febrero. Así, ayer el presidente del PP buscó minimizar la propuesta de Junts, la cuál confesó no saber si tomarse en serio. Según el líder popular, tras el órdago de Junts hay solo dos vías posibles: «Seguir cediendo al separatismo o poner fin a la legislatura».
A su juicio, ante la posible cuestión de confianza, el presidente del Gobierno va a tratar de «engañar a Junts como ha venido engañando a todo el mundo» en la legislatura. Advirtió Feijóo que a su partido «no le van a engañar» y se preguntó por qué Puigdemont se fió hace un año de Sánchez, ante la justificación que ahora hacen los independentistas para presentar la cuestión de confianza por haber demostrado no «merecerse» la confianza del partido. Para el líder del PP, «pactar con una persona que no es de fiar, siempre lleva a malos resultados». En un primer balance del primer año de legislatura de Sánchez, Feijóo criticó que la legislatura naciese como un «inmenso error», como ya advirtió él mismo a Sánchez el día que se puso en marcha su nuevo gobierno. «Llevamos más de un año sin legislatura desde el punto vista de leyes y de reformas estructurales en nuestro país», aseguró.
Aun así, en el entorno de Feijóo avisan a los aliados de Sánchez: «Quien quiera cambiar de Gobierno que llame a Feijóo», en referencia a su oferta de liderar una moción de censura si cuenta con los números. El movimiento de ayer de Puigdemont no altera su calendario, y por eso desde Génova piden tranquilidad al partido. «No tenemos prisas».
La cuestión de confianza les ha pillado tan de sorpresa como al Gobierno –aunque tienen abierta una vía de contacto, por ahí no llegó ningún aviso previo–. «Sánchez tiene que elegir si seguir sometido a los chantajes de sus socios o no. Y nosotros no vamos a resolverle el problema. Presentar una moción de censura sin garantías de que salga adelante es volver a contribuir a que cierren filas en falso», explican las fuentes consultadas. Feijóo, por tanto, se «sienta» a esperar cómo maneja el presidente del Gobierno el nuevo órdago de su socio. Dispuesto a apoyar la proposición no de ley de Junts por la que el Congreso instará a Sánchez a someterse a ella. Y sin hacer además ningún acercamiento a Vox.