La ruta 32, autopista que comunica San José con Guápiles, está en crisis debido al alarmante aumento de los deslizamientos. Esta primordial arteria, por donde transita el 80 % de las exportaciones perecederas, se encuentra en estado crítico.
Según datos recientes proporcionados por el ministro de Obras Públicas y Transportes, Mauricio Batalla, en una mesa redonda celebrada en el Colegio Federado de Ingenieros y Arquitectos (CFIA), el costo del cierre de la ruta 32 ronda los $906.000 diarios.
Además, en el 2023, la carretera estuvo cerrada 23 días a causa de deslizamientos, y en lo que va del 2024 ya supera los 30 días de cierre. Por tanto, las pérdidas ascienden a $21 millones en el 2023 y $27 millones en el 2024.
Preocupan tanto las pérdidas económicas como las muertes ocasionadas por los derrumbes. Aparte, debe considerarse el altísimo riesgo de que, como en el cerro Cambronero, ocurra una tragedia mayor.
Los expertos coinciden en que lo fundamental para resolver el problema de los deslizamientos de tierra es la construcción de drenajes pluviales en la corona de los taludes, de los cuales carece por completo la vía hacia Guápiles.
El Ministerio de Ambiente y Energía (Minae) manifestó que el derecho de vía no pertenece al Parque Nacional Braulio Carrillo, por lo que el Consejo Nacional de Vialidad (Conavi) debe efectuar cualquier tipo de obra de estabilización y realizar el control de aguas dentro de ese derecho de vía.
La buena noticia, según el ministro Batalla, es que el Proyecto de Riesgo Inminente (Proeri) incluye $35 millones para atender los deslizamientos en el Zurquí. Pero el monto es insuficiente para resolver el problema y solo permitirá intervenir los sitios más vulnerables y de mayor riesgo.
Por la urgencia de estas obras, el Conavi contrató a la Oficina de las Naciones Unidas de Servicios para Proyectos (Unops) como administradora de los fondos. La entidad prepara los carteles para el diseño y la construcción de esas obras y debe coordinar estudios rápidos para iniciar la construcción el próximo verano.
Lamentablemente, el derecho de vía de la carretera, de solo 50 metros, donde el Minae permite que el Conavi intervenga, es muy pequeño.
En ese espacio tal vez se puedan construir obras geotécnicas de estabilización en la cara de los taludes. Sin embargo, si no se realizan obras de control pluvial, el problema persistirá, y los trabajos de estabilización correrán un alto riesgo.
De acuerdo con Batalla, tal vez el derecho de vía pueda modificarse si se justifica esa necesidad al Minae mediante estudios técnicos.
Como costarricense, espero que el Minae comprenda que el desarrollo del país puede convivir con la protección de la naturaleza y que lo peor para el Parque Nacional Braulio Carrillo sería que no se realicen las obras necesarias.
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Sergio Sáenz Aguilar es ingeniero.
