Detectar el alcoholismo no siempre es sencillo, ya que la línea entre el consumo social y la dependencia puede ser sutil y a menudo pasa desapercibida. Identificar un problema de esta naturaleza no solo es relevante para el bienestar de una persona, sino que también puede tener implicaciones significativas en las relaciones interpersonales. Cuando se trata de buscar pareja o de dar un paso hacia una relación más formal, hay ciertos aspectos cruciales que conviene tener en cuenta, y entre ellos, evaluar si la otra persona tiene algún tipo de problema con el alcohol o las drogas.
Estas situaciones no solo pueden afectar la dinámica de la pareja, sino que también influyen en la estabilidad emocional y la calidad de vida a largo plazo. Factores como las adicciones pueden convertirse en obstáculos que dificultan el avance de una relación o incluso generar conflictos profundos.
Además, conocer nuestro entorno puede ofrecer pistas valiosas sobre cómo podría ser en un futuro. Al final, solemos adquirir las actitudes y comportamientos de quienes nos rodean.
En este contexto, los avances científicos como el estudio de la Universidad de Leicester, que ha identificado dos preguntas simples para detectar el alcoholismo con precisión, ofrecen una herramienta útil para abordar estos temas. Estas preguntas no solo pueden facilitar la detección temprana de problemas de dependencia, sino que también pueden ayudar a tomar decisiones informadas en el ámbito personal y relacional.
En muchos países, incluido España, el alcohol está profundamente arraigado en la cultura. Un 13% de los españoles toman alcohol cada día, lo que nos convierte en el segundo país de la Unión Europea que bebe con más frecuencia. Así lo confirma la European health interview survey (EHIS).
Este nivel de consumo hace que reconocer el alcoholismo sea un desafío, especialmente porque los síntomas suelen ser difíciles de distinguir.
El estudio analizó datos de 17 investigaciones previas en las que médicos preguntaron a sus pacientes sobre sus hábitos de consumo de alcohol. Se descubrió que, si solo se formulaba una pregunta sobre estos hábitos, la precisión para identificar el alcoholismo era del 54 %. Sin embargo, al añadir una segunda pregunta, la tasa de éxito aumentaba al 87 %.
Según Alex Mitchell, líder del estudio, estas preguntas simples podrían integrarse fácilmente en las consultas médicas o en conversaciones informales, ayudando a identificar problemas de alcoholismo sin necesidad de aplicar pruebas más complejas.