Austria y Alemania anunciaron este lunes suspender las decisiones pendientes sobre las solicitudes de asilo de los sirios, al día siguiente de la caída del gobierno de Bashar al Asad en Siria tras una fulgurante ofensiva rebelde.
"A partir de ahora se detendrán todos los procedimientos [de asilo] en curso", afirmó el Ministerio del Interior austriaco en un comunicado.
También se dieron instrucciones para "preparar un programa ordenado de repatriación y deportación a Siria", detalló el ministro del Interior, Gerhard Karner.
La ministra del Interior alemana, Nancy Faeser, señaló a su vez que dada "la incertidumbre actual", la oficina federal de inmigración y de los refugiados "decretó hoy un congelamiento de las decisiones para los procesos de asilo actualmente en curso" de los sirios.
Alemania, el país con la mayor comunidad siria de la Unión Europea, acogió a casi un millón de sirios durante el mandato de la exjefa de gobierno alemán, Angela Merkel.
"Muchos refugiados que encontraron protección en Alemania tienen ahora por fin la esperanza de regresar a su patria siria y reconstruir su país", dijo Faeser en un comunicado. "La situación en Siria es actualmente muy confusa", reconoció sin embargo.
Según el Ministerio del Interior, actualmente residen en Alemania 974.136 personas de nacionalidad siria.
De ellos, 5.090 han sido reconocidos con derecho a asilo, 321.444 han obtenido el estatuto de refugiado y 329.242 han recibido protección subsidiaria, lo que implica una suspensión temporal de la deportación Decenas de miles de otros casos siguen pendientes.
Austria, a su vez, es uno de los países que más sirios acogió en Europa. Alrededor de 7.300 de los cerca de 100.000 sirios que viven en el país se ven afectados por esta decisión.
El Ministerio del Interior austriaco indicó que los casos de las personas a las que ya se había concedido el asilo serían también reexaminados. La reagrupación familiar, asimismo, quedará suspendida.
Desde 2015, alrededor de 87.000 sirios recibieron una respuesta positiva a su solicitud de asilo en Austria, un país de nueve millones de habitantes.
Pero el jefe del gobierno conservador, Karl Nehammer, endureció las medidas en los últimos años ante el auge de la extrema derecha, que ganó por primera vez las elecciones parlamentarias a finales de septiembre.
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