— Fernando, después de leer tu larga trayectoria, parece que no ha pasado el tiempo por tu obra y encima donarás una parte de los beneficios de la novela a los afectados de la DANA? —Sí, todo sucede de forma inesperada y esto, como en la novela, aparece en una etapa nunca sospechada y es lo que me hace recapacitar y ponerme del lado de los más necesitados. — ¿Qué duele de esta realidad y en qué se asemeja a 'Todo es aire menos tú'? —De la realidad duele el abandono y las justificaciones políticas echándose las culpas unos a otros y la novela se asemeja en la incomprensión de quiénes quieren defender una palabra tan hermosa como «Democracia» y la llenan del mismo barro que trucó muchas vidas. — ¿Qué significado tiene el valor de la amistad en esta historia? —Decía Gabriel García Márquez que uno escribe para tener amigos y este valor queda perfectamente reflejado en una historia llena de momentos íntimos donde el secreto de las palabras define la realidad del propio secreto, por lo tanto, los lectores pueden sentirse bien retratados y ser fieles a su propia situación. En definitiva, 'Todo es aire menos tú' es un canto al amor, la belleza y la amistad de las personas que aprenden a disfrutar de una vida nunca antes conocida. — ¿Cuál es tu mayor secreto como escritor? —Para escribir debes tener un sentido propio de la máxima expresión; la vida, y para eso debes estar alerta de cualquier suceso a tu alrededor porque no hay más falso mito que el que se mitifica por ser inexistente y en este libro la belleza roza la sensibilidad de cualquier ser sensible. —¿El cine, Luis Buñuel, Pedro Almodóvar? —Estudié dirección cinematográfica en la academia Metropolis de Madrid, coincidí con Nacho Guerreros, Coque en 'La que se avecina', participó en una obra de teatro escrita por mí en 1999, titulada «Tres polluelos en remojo» y ahora, por las vueltas que da la vida, colaborará en la promoción de la novela como uno más y agradecido me siento de volver a encontrarnos y sentirme tan bien acompañado por la bellísima persona que es desde aquellos años. — ¿Dinos qué hay de autobiografía en el aire que respiran los personajes de la novela? —Dentro de la ficción cada personaje tiene la suya, creo que ninguna novela es un trozo de carne en crudo, y como no, ningún personaje es tan real como la propia biografía de su historia común. Metafóricamente hablando, el asunto se resume en un rango de compañerismo ideal para lograr un objetivo marcado por un chispazo luminoso que de alguna forma desvela la posibilidad de encontrar un mundo en otros mundos y otros mundos ajenos a los sueños de la misma realidad. Paralelamente siempre quise escribir algo sencillo y complejo a la vez y al fin lo he conseguido. Los personajes son fruto de la imaginación y el propio estado emocional. — ¿Hay mucho de Ulises o es una impresión causada por el propio esfuerzo de quien desea llegar a su destino a toda costa? —Si habla del Ulises de la Iliada atribuida a Homero me reconforta, nuestros protagonistas no sufren como sufrieron esperándolo durante veinte años después de luchar en la guerra de Troya. Pero si se refiere al Ulises de James Joyce, existe un paralelismo extremo, el núcleo central de la trama nos lleva a que los protagonistas se encuentren casi solo al final de la novela y esto, de forma particular, sucede sin pensar en ninguno de los dos Ulises de los que hablamos. —¿El aspecto más moderno de la novela hasta dónde puede llevar al lector? —Yo me formé de forma autodidacta, bebí de muchas fuentes durante mi juventud y actué de una manera particular hasta poder ver el sentido de los pensamientos más íntimos de los clásicos de la Edad de Oro, como Quevedo, San Juan de La Cruz y otros muchos, con 18 años conocí el Art Pop, Wharhol, Basquiat, las vanguardias de escritores como Dylan Thomas, los poetas malditos, el modernismo de algún autor del 98, y como no, la modernidad vanguardista de la generación del 27 que queda muy bien reflejada en esta historia y de la que me gustaría destacar la espontaneidad y frescura de sus escritores durante una época realmente difícil. Como persona puede decir que el propio ser humano puede saber mucho más de lo que sabe sin llegar hasta aquí, pero para alcanzar este punto hay que conocer el camino que te lleva a esta parte del mundo. — ¿Qué es el aire dentro del adverbio que define el título? —En este caso, no encuentro mejor definición que preguntarnos a nosotros mismos qué es lo que necesitamos para vivir y que es lo que detestamos de la parte infecciosa de un mundo contagioso y adverso. Cuando comienzo a narrar las primeras frases me encuentro en inferioridad en algunos aspectos que desconozco, el primer título no se adapta con exactitud al deseo programado y es aquí donde decido aislarme para contar lo que me pide cada personaje, por eso, volviendo a la pregunta, la verdadera esencia autobiográfica se basa en respirar para vivir y cumplir con sus anhelos. —¿Cómo es el amor de una llama gemela? El amor de una llama gemela es la consecuencia inmediata de tener la necesidad de comer del mismo plato sabiendo que hasta que llegue el momento de tener la comida servida debes pasar por diferentes etapas de ignorancia e incertidrumbre. —Si no hubieras sido escritor, ¿qué es lo que te hubiera gustado ser? —Escritor. Todo lo que fui ya es pasado. —¿Los acontecimientos catastróficos de estas semanas atrás contrastan con el aire de la novela? —Totalmente. En poco tiempo nos tendremos que acostumbrar a pensar que la nostalgia de lo que un día sucedió algún día volverá a suceder, pero, ¿cuándo sucederá si seguimos maltratando a la tierra? —¿ Te has arrepentido alguna vez de alguno de los libros que has publicado? —No. —¿Qué libro recomendarías a un lector que se ha perdido alguna novela transcendental? —El Quijote. —¿Más? —Cualquiera de Antonio Machado. — ¿Machado ? —Sí. Para quién no lo sepa, la literatura de Antonio Machado es la historia elemental de la propia vida y el sentido puesto al servicio de la sensibilidad. Por cierto, el título de la novela nació en la librería Antonio Machado de Madrid. — Coincidir con alguien es maravillo, pero, conectar como conectan nuestros protagonistas es mágico ¿Alguna vez has sentido esta conexión con otra persona? —Muchas veces pensamos que coincidir con alguien que aporta una forma novedosa de actuar es inusual, el mundo está repleto de barracones y baches y en ocasiones nos dificultan presentarnos según queremos ser o somos, pero de pronto, como les sucede a nuestros protagonistas, un destello inunda nuestra vida y se concreta la conexión. Sí, he sentido una conexión similar y por la experiencia puedo decir que es uno de los mayores placeres que conozco porque se aprende la verdadera maravilla de vivir la vida en todo su recorrido. — San Agustín dijo: existen cosas en el hombre que ni el propio hombre conoce. ¿Verdad? —Buena pregunta, después de haber escrito 'Todo es aire menos tú', creo que he encontrado la respuesta. — Entonces somos unos auténticos desconocidos de nosotros mismos . —Exacto, eso somos, extraños frente a un espejo que en ocasiones deteriora nuestra propia personalidad. — ¿Madrid, Granada, Toledo? —Soy manchego, pero madrileño de nacimiento y Granada casa muy bien con todo esto. — ¿La música? —La parte materna de mi familia fue un paraíso musical que desde que nací tuve presente durante toda mi niñez, mi infancia y, luego, durante la adolescencia, me acompañó con muchos estilos distintos y uno de ellos fue la música clásica. —Para concluir; ¿Si estás trabajando en otro proyecto, cómo vas a sorprendernos? -Da gusto escuchar una pregunta de este calado y responder con aprecio. Después de esta novela, la sorpresa será la continuación de la misma, un nuevo espacio, otro mundo dónde podremos aislarnos de la rafaga anterior y sobre todo, un nuevo ejemplo de que en literatura todo cabe cuando se hace con amor. —¿Cuándo veremos publicada 'Todo es aire menos tú'? —En pocas semanas. —¿Dónde será la primera presentación? —Por supuesto en mi pueblo, Mora de Toledo, después hay otros sitios, la Casa de Castilla la Mancha de Madrid, y otros que están por negociar.