Dirigida por James Wan, ‘El conjuro’ no solo es una película de terror, sino que también presenta a Ed y Lorraine Warren, investigadores de fenómenos paranormales que han dejado una huella en la cultura popular. A pesar de los elementos de ficción, la trama se inspira en hechos verídicos que han sido documentados por los propios Warren.
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La película ha inspirado a nuevas generaciones a explorar el mundo de lo paranormal, y aunque Hollywood ha añadido elementos de ficción, la esencia de la historia real de los Perron sigue resonando en el público. La combinación de terror y realidad ha hecho de ‘El conjuro’ un clásico moderno del cine de horror.
La historia se basa en la familia Perron, compuesta por Roger, Carolyn y sus cinco hijas. Se mudaron a una granja en Harrisville, Rhode Island, donde comenzaron a experimentar sucesos inexplicables. En 1971, la familia se mudó allí con sus cinco hijas; no sabían que se estaban instalando en lo que sería un capítulo de su vida marcado por el miedo, los espíritus y la desesperación.
Misteriosos ruidos, olores insoportables y objetos que desaparecían sin explicación alguna se convirtieron en parte de la rutina diaria de los Perron. Ellos se mudaron con la esperanza de un nuevo comienzo, pero pronto se dieron cuenta de que la granja guardaba secretos inquietantes.
“Ocho generaciones de una familia extensa habían vivido y muerto en la granja, y algunos de ellos nunca se habían ido. Mi madre hizo una investigación histórica y descubrió que prácticamente todas las personas que pudimos nombrar habían muerto, como seres vivos, por su propia mano o habían tenido una muerte tan traumática y repentina que no parecían saber que estaban muertos”, fue lo que explicó Andrea Perron, la hija mayor de la pareja, a Entertainment Weekly.
Los fenómenos comenzaron a manifestarse poco después de su llegada. Carolyn Perron recordó una experiencia aterradora: “Estaba en mi habitación, a eso de las 5.00 a. m., cuando tuve la primera visita. Abrí los ojos y vi la cosa más espantosa que he visto en mi vida. Era una mujer muy alta. Su cabeza era como un saco de telarañas con pequeños mechones de pelo colgando”.
Al enterarse de la situación de los Perron, Ed y Lorraine Warren decidieron investigar el caso. Sin embargo, su intervención no fue sencilla. Durante una dramática sesión de espiritismo, Carolyn levitó de su silla mientras hablaba en un idioma desconocido, lo que llevó a Roger a ordenarles que se marcharan de su hogar.
A pesar de la negativa de Roger, los Warren continuaron su trabajo en el caso, aunque la familia no pudo mudarse de la casa hasta casi diez años después. Durante ese tiempo, los encuentros con entidades demoníacas se volvieron más esporádicos, pero la angustia y el miedo nunca desaparecieron por completo.