El fútbol tiene tantos caminos que es capaz de juntar a un sueco y un egipcio a partir de un balón. Y que estos, si son buenos -o buenísimos, como es el caso- regalen un espectáculo a quien tenga el privilegio de presenciarlo. Y es que eso fue el
Newcastle-
Liverpool de
Isak y
Salah, un gran partido de fútbol a la altura de estos dos jugadores que terminó, como no podía ser de otra manera, en un empate (3-3) que deja a los de Arne Slot un poco menos líderes de la
Premier.
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