El inicio de la contraofensiva aérea del régimen sirio -con el auxilio de su principal apoyo militar, Rusia- no logra, por ahora, frenar el avance insurgente en Siria. La coalición de rebeldes -liderada por el Hayat Tahrir al Sham, heredera del yihadista Frente Al Nusra-, que se hizo el pasado sábado con el control de Alepo en una inesperada y fulgurante operación militar, avanza hacia la ciudad de Hama, en el centro del país.
Según el Observatorio Sirio de Derechos Humanos, una ONG con larga trayectoria en el monitoreo de la situación en el país levantino, las fuerzas del Ejército regular sirio y los rebeldes -que vienen operando con la aquiescencia de Turquía en el noroeste de Siria en los últimos años- libraron en la jornada de ayer “violentos enfrentamientos” en el norte de la provincia de Hama, donde “la aviación rusa y siria llevan a cabo decenas de bombardeos”.
La entidad no gubernamental, que tiene sede en el Reino Unido, asegura que los insurgentes islamistas podrían haberse hecho con el control de numerosas localidades en la zona comprendida entre Alepo y Hama y tratan de avanzar hacia la ciudad de Slamiya a fin de cortar una de las rutas empleadas por el Ejército regular sirio a la hora de enviar refuerzos a la zona. El Mando Militar de Operaciones, que agrupa a Hayat Tahrir al Sham y otras facciones rebeldes, aseguraban haber acabado con la vida de medio centenar de miembros de las fuerzas del régimen en la demarcación de Hama. Con todo, la reacción de las fuerzas de Bachar al Assad y la aviación enviada por Putin -que fue clave en la supervivencia del régimen a mediados de la pasada década- ha permitido ralentizar el progreso rebelde en las últimas horas.
Por su parte, el Ministerio de Defensa sirio, que el fin de semana ya admitió su repliegue de la provincia de Alepo, dejó ayer constancia de “violentos enfrentamientos” desde comienzos de semana entre sus fuerzas -y la aliada aviación rusa- y “organizaciones terroristas en el norte” de la provincia de Hama y también en la de Idlib, demarcación igualmente en manos de las facciones islamistas radicales. No en vano, el citado ministerio aseguraba ayer haber acabado con la vida de “decenas” de miembros de las citadas milicias.
Tragedia humanitaria
Entretanto, el secretario general de Naciones Unidas, António Guterres, manifestó ayer su “alarma” ante la “escalada de violencia” en Siria a raíz de la ofensiva rebelde, motivo por el que ha reclamado un “cese inmediato de las hostilidades”. El portavoz del secretario general, Stéphane Dujarric, recordaba que la operación insurgente, encabezada por Hayat Tahrir al Sham, “una entidad sujeta a sanciones del Consejo de Seguridad de la ONU”, junto a “un amplio abanico de facciones opositoras armadas”, ha provocado “un giro en líneas de frente estáticas desde 2020”.
Por su parte, el alto comisionado de derechos humanos de la ONU, Volker Turk, expresó este martes “su preocupación extrema” por el repunte del conflicto, antes de argumentar que esta situación “agrava aún más el sufrimiento que padecen millones de civiles” en Siria.
“Se trata de una situación trágica, ya que muchos de ellos viven en la miseria desde que estalló el conflicto hace casi catorce años”, expresó Turk al tiempo que dejó constancia de casos documentados de “incidentes extremadamente preocupantes” registrados en las últimas horas en el noroeste de Siria.
De esta forma, ha ahondado en que “las hostilidades están causando la destrucción y daños en objetos civiles, incluidas instalaciones sanitarias, edificios que acogen a instituciones dedicadas a la educación y mercados”, por lo que ha reiterado el llamamiento a las partes para que respeten el Derecho Internacional Humanitario.