El PP nacional y el PP madrileño ya esperan a Óscar López para la batalla y van un paso por delante ante la estrategia en la sombra del Ejecutivo de enfrentar a Alberto Núñez Feijóo y a Isabel Díaz Ayuso. Sin embargo, este último movimiento de Moncloa, para blindar Madrid, supone lanzar al estrellato a la presidenta madrileña, política y electoralmente. Lo saben en Moncloa y lo saben también en la dirección del PP.
Pedro Sánchez buscaba desde hace meses un perfil de «pata negra» para hacerse con el control del partido en Madrid. Y el secretario general del PSM, Juan Lobato, hace tiempo que había sido descartado por parte de Ferraz por no seguir fielmente el argumentario y porque no es una figura domada que les sirva para usar a su servicio el partido madrileño. Mañana se oficializará el aterrizaje de Óscar López.
El «delfín» de Sánchez llega dispuesto a desplegar una estrategia de acoso y derribo sobre la presidenta. Para desestabilizar de manera indirecta al liderazgo nacional del partido. Ayer mismo comenzó López en esta empresa con un duro enfrentamiento en el Senado con Alfonso Serrano, número tres de Isabel Díaz Ayuso. Le preguntó el popular al ministro si "cooperó" en la revelación de secretos que afecta al fiscal general en el caso de la pareja de Ayuso. “Toda España sabe que un asesor del jefe de gabinete del presidente del Gobierno no tiene ese documento sin que usted lo sepa”. López contestó con ironía: “Desde el primer momento estoy notando el cariño del PP de Madrid. Le voy a contestar: no. Y usted quizás sepa mucho más que yo”. El ministro acusó al PP de "ocultar" los chanchullos del padre. La batalla ya ha empezado.
Pero, en esta empresa, Moncloa pincha en hueso. No habrá «celos» en Génova y no permitirán en el PP un ataque a la línea de flotación del partido, es decir, que hurgue entre la rivalidad entre Feijóo y Ayuso. Menos en un momento en el que la cúpula está centrada en mostrarse como alternativa a Pedro Sánchez aprovechando el desgaste judicial que está sufriendo. Fuentes muy cercanas a Feijóo admiten que el altavoz que va a tener Ayuso, en su cuerpo a cuerpo con Óscar López, sólo servirá para reforzarla políticamente. Pero, lejos de que ello sea visto como una competición dentro del PP, en Genova lo ven una oportunidad. No consideran a Óscar López como rival para Ayuso y sí como una plataforma para ganar votos en Madrid y a nivel general. Esto es, entienden que hay que verlo en el sentido de que cada feudo debe conseguir los máximos votos posibles e ingresarlos en la cuenta de Génova 13. «Feijóo es el CEO de una gran empresa y cada comunidad autónoma es una filial que aporta a la cuenta general. Todo lo que sea crédito extra va a favorecer al PP nacional de cara a las próximas elecciones generales».
De esta forma, dejan espacio para que Ayuso «brille» cada vez más porque, a la larga, acabará dando votos al PP nacional de cara a las próximas generales. Feijóo siempre ha hecho hincapié en que cualquier revés en las urnas tiene coste para él o, lo que es lo mismo, será asumido por él mismo.
En estos momentos, Valencia es la comunidad que más preocupa, según las encuestas que manejan los populares. Es por esta vía por donde el PP retrocede, pero, avisan en Génova, «hay tiempo» y no estamos en un marco electoral contrario. Es por eso que, de momento, no se ha abandonado al presidente valenciano, al que Feijóo ha ligado su futuro a la reconstrucción tras la Dana.
Castilla y León, por ejemplo, es en estos momentos otra vía de ingreso de votos para el PP nacional, según explican los estrategas de Génova. Prueba de ello es el apoyo que Feijóo ofreció a Alfonso Fernández Mañueco de cara a unas próximas urnas.
En el PP se encuentran de lleno trabajando en la estrategia de consolidarse como alternativa real al «sanchismo». Y, para eso, la hipótesis con la que se opera es la de «crecer por la derecha y por la izquierda». Por la izquierda, a costa de los votantes más de centro, que, según el PP, están más desmovilizados con Sánchez por el cerco de la corrupción. Pescar, además, por el elector del 15M que vuelve a quedarse huérfano de ideología y de referentes por las promesas incumplidas. Es decir, la idea es «morder» en el electorado del PSOE. «Competir en el espacio de centro que Sánchez ha dejado libre», explican los fontaneros de Génova, que ven ya en el comportamiento electoral un cambio y lo encuadran en la operación de rearme ideológico de Sánchez, más centrada en «copiar» el discurso más radical de Sumar y los socios independentistas, el de abrazarse al «lawfare» en su último Congreso, donde proclamaron los socialistas que había una «cacería humana en sede judicial» contra el PSOE.
Por otro lado, los populares no dejan de mirar por el retrovisor a Vox, y ven una operación más sencilla la de recuperar el voto cedido a los de Santiago Abascal. Ahora, lo prioritario que ven en Génova es no dejar espacio a Vox en la entente de denunciar la corrupción del Gobierno, y precisamente no lo están haciendo, habida cuenta. Aumentando la presión en las calles y las instituciones contra Sánchez y utilizando todos los portavoces mediáticos para denunciar la corrupción del Gobierno. La «operación desgaste» en este sentido es ahora más eficaz, a pesar de que son conscientes de que el cerco judicial no deja espacio para hablar de la alternativa al proyecto de Sánchez. «Ya llegará», avisan en Génova, donde ya tienen la política social preparada para sacarla cuando «no se lo coma todo» la actualidad judicial. En este sentido, ahora el PP busca rentabilizar al máximo el horizonte judicial con Koldo García, Víctor de Aldama, Begoña Gómez y su asesora, y José Luis Ábalos declarando antes de final de año ante la Justicia. Es por eso que no ha citado todavía a Pedro Sánchez en la comisión Koldo en el Senado, como prometió el PP. Ayer mismo, el presidente del PP reconoció en una entrevista en «La Mirada Crítica» de Telecinco que llamarán al presidente del Gobierno cuando sepan «el mapa que afecta a la corrupción» del presidente. «Si le llamamos hace un mes no se hubiese sabido todo lo que hoy sabemos... Estamos al principio de los sumarios. No está en su fase final, está en su fase inicial», advirtió. Exprimirlo hasta el final.