Desde sus humildes comienzos en 1931, el árbol de Navidad del Rockefeller Center se ha convertido en una tradición icónica que ilumina el espíritu festivo de Nueva York. Más de 90 años después, este evento atrae a millones de visitantes y televidentes, consolidándose como uno de los momentos más esperados de la temporada. Su historia está llena de simbolismo, esfuerzo y evolución, desde un gesto modesto hasta un espectáculo global.
La tradición comenzó durante la Gran Depresión, cuando los trabajadores del Rockefeller Center, en construcción en ese momento, decidieron colocar un abeto en la obra. Este árbol, de unos seis metros, fue decorado con materiales simples como guirnaldas de papel y tiras de arándanos, creadas por las familias de los empleados. Sin ceremonia oficial ni grandes adornos, aquel gesto representaba esperanza en tiempos difíciles.
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Dos años más tarde, en 1933, se realizó el primer encendido oficial del árbol, convirtiéndose en un evento organizado por el complejo. La ceremonia no tardó en ganar popularidad y, durante los años siguientes, el árbol se transformó en un símbolo de optimismo y unión, especialmente durante la Segunda Guerra Mundial, cuando se decoró con luces patrióticas.
El árbol que se elige cada año no es cualquier ejemplar. Según Erik Pauze, jardinero jefe del Rockefeller Center desde hace más de 30 años, la búsqueda puede tomar meses.
"Buscamos un abeto de Noruega con al menos 50 años de edad, más de 20 metros de altura y una forma simétrica que lo haga destacar en la plaza", explicó Pauze en una entrevista reciente.
El árbol de este año proviene de West Stockbridge, Massachusetts, y fue donado por la familia Albert. Su imponente tamaño y perfecto equilibrio lo hicieron ideal para representar esta tradición en 2024. Pauze descubrió este ejemplar mientras recorría la zona en 2020, asegurando que su majestuosidad era única.
El proceso de instalación comienza a mediados de noviembre. Una vez colocado, el árbol se adorna con más de 50.000 luces LED multicolores y una estrella de Swarovski que pesa alrededor de 385 kilogramos. Este adorno, diseñado por Studio Libeskind, cuenta con tres millones de cristales y fue introducido en 2018 como una pieza única en su tipo.
El encendido del árbol del Rockefeller Center se realiza anualmente el primer miércoles después de Acción de Gracias. Este evento reúne a miles de personas en la plaza, mientras millones lo siguen en televisión y en línea. La ceremonia del 2024 se realizará este miércoles 4 de diciembre y durará aproximadamente dos horas, en donde se combinará actuaciones musicales, discursos y el esperado momento en el que se iluminan las luces del árbol.
Este año, artistas como Jennifer Hudson, los Backstreet Boys y Thalía están confirmados para el espectáculo, mientras Kelly Clarkson, quien recientemente se mudó a Nueva York, será la anfitriona.
"Vivir aquí en Navidad es como estar en una película. No hay nada igual en el mundo", expresó Clarkson en una entrevista con NBC.
El evento culmina cuando se presiona el icónico botón rojo que enciende las luces del árbol, lo que marca oficialmente el inicio de la temporada festiva en Nueva York. Las pantallas gigantes distribuidas en la plaza aseguran que todos puedan disfrutar del espectáculo, incluso desde los lugares más lejanos.
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El destino del árbol tras la temporada navideña también refleja el espíritu de solidaridad. Desde 2007, el Rockefeller Center dona el árbol a la organización Habitat for Humanity. La madera se utiliza para construir viviendas para familias en situación de necesidad, lo que asegura que este símbolo de esperanza continúe marcando una diferencia incluso después de la Navidad.
"Seleccionamos árboles en su último ciclo de vida para garantizar que puedan ser reutilizados de manera significativa", explicó Pauze. Este enfoque no solo es sostenible, sino que también agrega un propósito social a esta tradición, reforzando el mensaje de dar y compartir que caracteriza las festividades.
