Un único país de América Latina le pertenece a Estados Unidos desde 1898, hace 126 años. Aunque es un territorio no incorporado, su relación con la nación norteamericana dejó una huella profunda en su cultura, política y economía. A pesar de su estatus como Estado Libre Asociado, no goza de plena independencia, lo que genera un sinfín de debates sobre su futuro. Además, guarda una relación con Perú.
Esta nación latinoamericana se convirtió en una posesión estadounidense en 1898, y su vínculo con Perú es histórico. Esta relación, poco conocida, ofrece una nueva perspectiva sobre la historia compartida entre América Latina y Estados Unidos, y revela aspectos interesantes de la identidad de ese país.
El único país de América Latina que le pertenece a Estados Unidos desde hace más de un siglo es Puerto Rico. En 1898, como resultado de la Guerra Hispanoamericana, esta nación pasó a ser una colonia de EE. UU., junto con otros territorios como Filipinas y Guam. Desde entonces, la isla ha permanecido bajo el control de la nación norteamericana, a pesar de que su situación política ha sido objeto de controversia durante más de un siglo.
Puerto Rico no es un estado de la unión estadounidense, pero tampoco es un país independiente. Su estatus de "Estado Libre Asociado" le otorga cierta autonomía, pero las decisiones más importantes, como las políticas fiscales, están en manos de Washington. Los puertorriqueños son ciudadanos estadounidenses, pero no tienen derecho al voto en las elecciones presidenciales, a menos que residan en los estados. Esta particularidad hace sea un caso excepcional en el panorama de América Latina, ya que su relación con Estados Unidos es más profunda que la de cualquier otra nación en la región.
El vínculo histórico entre Puerto Rico y Perú se remonta a los primeros días de la colonización española en América. Juan Ponce de León, el primer gobernador de la isla y conocido por sus exploraciones en busca de la fuente de la juventud, tiene un lazo directo con la nación peruana.
En 1513, Ponce de León también formó parte de las expediciones que exploraron la región sur del continente, donde tuvo contacto con los territorios que hoy forman parte de Perú. Esta conexión demuestra que, mucho antes de la llegada de Estados Unidos a la isla, ambos compartían historias coloniales.
Puerto Rico, aunque se considera parte de Estados Unidos, conserva su rica identidad cultural y mantiene tradiciones que lo conectan más con el resto de América Latina que con el mundo anglosajón. El idioma oficial es el español, a pesar de que el inglés también se habla ampliamente, especialmente en contextos gubernamentales y comerciales. El español es la lengua predominante en la vida cotidiana, la educación y los medios de comunicación, lo que refuerza el carácter latino de la isla.
En cuanto a la moneda, Puerto Rico utiliza el dólar estadounidense, lo que lo distingue de muchos países latinoamericanos que tienen sus propias divisas. Esta dependencia económica de Estados Unidos influye en las políticas fiscales y en la estabilidad financiera de la isla. A nivel de infraestructura, la isla goza de un sistema de salud y educación similares a los de los estados estadounidenses, pero no tiene la misma representación política.
La isla también ha mantenido una conexión especial con el turismo, siendo uno de los destinos más visitados del Caribe, gracias a sus playas, paisajes naturales y su rica herencia cultural. La fusión entre lo latino y lo estadounidense es un aspecto fundamental de la identidad puertorriqueña, haciendo de la isla un lugar único en América Latina y el Caribe.