Oposición, sindicatos y manifestantes exigieron el miércoles la dimisión del presidente de Corea del Sur, Yoon Suk Yeol, cuestionado incluso por los suyos tras la efímera imposición de una ley marcial rechazada por el Parlamento.
Con la popularidad por los suelos y en minoría parlamentaria, el dirigente conservador sorprendió el martes por la noche decretando por primera vez en más de 40 años una ley marcial que justificó en la amenaza norcoreana y de "fuerzas antiestatales".
Aunque dio marcha atrás horas después, la decisión inesperada sumió al país en una de las peores crisis políticas de su historia moderna y dejó en el aire el futuro de Yoon.
La principal formación opositora, el Partido Democrático, cuyos diputados accedieron al Parlamento precintado y se enfrentaron a las fuerzas de seguridad para poder votar en contra de la ley, reclamó su dimisión inmediata.
Si no lo hace, "el Partido Democrático iniciará inmediatamente los procedimientos de destitución", avisó la formación, que también anunció demandas por insurrección contra Yoon, sus ministros de Defensa e Interior y los cargos militares y policiales implicados.
La mayor organización sindical del país asiático llamó a una "huelga general indefinida" hasta que el presidente renuncie.
Incluso el líder del Partido del Poder Popular de Yoon, Han Dong Hoon, reclamó explicaciones y aseguró que "todos los responsables deben rendir cuentas".
La presidencia no ha reaccionado por el momento, pero la agencia estatal de noticias Yonhap asegura que los principales asesores de Yoon habían ofrecido su renuncia en masa.
El exfiscal estrella convertido en presidente en 2022 decidió levantar la ley marcial después de que 190 diputados retaran a las fuerzas de seguridad y accedieran al Parlamento para oponerse a la decisión.
La Constitución de Corea del Sur estipula que la ley marcial debe levantarse si una mayoría del Parlamento lo pide.
Sobre las 04H30 locales (19H30 GMT del martes), Yoon compareció en televisión para anunciar la retirada de "los militares desplegados para las operaciones de la ley marcial".
El giro presidencial se recibió con júbilo entre los manifestantes que desafiaban frente al Parlamento las gélidas temperaturas y la ley marcial entre cánticos de "Arresten a Yoon Suk Yeol".
"Este acto de imposición sin causa legítima es un delito grave en sí mismo", dijo Lim Myeong-pan, de 55 años. "Ha allanado el camino a su propia destitución", afirmó.
Yoon expuso un amplio abanico de motivos para aprobar la ley marcial, la primera desde la instauración de un régimen democrático en el país en 1987.
"Para salvaguardar una Corea del Sur liberal de las amenazas que plantean las fuerzas comunistas de Corea del Norte y para eliminar los elementos antiestatales que roban la libertad y la felicidad del pueblo, declaro la ley marcial de emergencia", dijo en un discurso televisado.
El presidente no dio detalles sobre las amenazas de Pyongyang, pero su país sigue técnicamente en guerra con Corea del Norte, armada con un arsenal nuclear.
Respecto a la oposición, con la que mantiene un duro pulso por los presupuestos del próximo año, la acusó de ser "fuerzas antiestatales que intentan derrocar el régimen".
"Nuestra Asamblea Nacional se ha convertido en un refugio de criminales, una guarida para una dictadura legislativa que busca paralizar el sistema judicial y administrativo y tumbar el orden democrático liberal", declaró.
Aunque de forma efímera, la imposición de la ley marcial provocó el despliegue de los militares, la prohibición de todas las actividades políticas y colocó a los medios de comunicación bajo control gubernamental.
Estados Unidos, con 28.500 soldados apostados en Corea del Sur para hacer frente a la amenaza de Pyongyang, expresó en un principio su sorpresa y su preocupación por los acontecimientos en un aliado clave en Asia.
"Saludamos el anuncio del presidente Yoon de que rescindirá la orden con la cual instauró la ley marcial de emergencia, de acuerdo con la Constitución", dijo posteriormente el secretario de Estado, Antony Blinken.
"Esperamos que los desacuerdos se resuelvan de manera pacífica", agregó.
La crisis impactó a los mercados. La bolsa de Seúl abrió con pérdidas del 2% y la divisa surcoreana, el won, cayó a su nivel más bajo respecto al dólar en dos años.
Alan Yu, exdiplomático estadounidense en Asia e investigador del Center for American Progress, lo considera una maniobra desesperada de "un líder inefectivo y profundamente impopular".
"Es casi un movimiento desesperado para remontar, pero le ha salido realmente mal", consideró.
Vladimir Tikhonov, profesor de estudios coreanos en la Universidad de Oslo, ve negro el futuro de Yoon, que ya antes de esta controversia disponía de una tasa de aprobación del 19% por su gestión económica y polémicas vinculadas a su esposa.
"No creo que la sociedad civil surcoreana pueda seguir reconociendo a Yoon como presidente legítimo", declaró a la AFP.
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