La debilidad del real y de los activos financieros brasileños se acentúan cada vez más. La promesa del gobierno de Lula Da Silva respecto al cumplimiento del ajuste fiscal parece no ser suficiente para el mercado financiero, que este lunes reaccionó con otra suba de 1,6% en el precio del dólar y las acciones cayeron hasta 7% en Sao Paulo y 5% en Nueva York.
La depreciación del real lo llevó a ubicarse este lunes arriba de 6 unidades por dólar. Los ruidos internos por el gasto público y expectativas de mayor inflación, sumado a la fortaleza global del dólar tras el triunfo de Donald Trump hicieron que la moneda estadounidense en Brasil trepara casi 4% en noviembre y 25% en lo que va del año.
Salen a calmar mercados en Brasil: prometen cumplir con ajuste fiscal
Los activos bursátiles brasileños padecen la preocupación de los inversores por el déficit fiscal. El índice Bovespa, que agrupa a las principales acciones, exhibe una pérdida de casi 4% en el último mes. En las últimas cinco ruedas, los activos de empresas como Petrobras y Nubank en Wall Street acumulan pérdidas de 5% y 15%, respectivamente.
Los títulos de deuda soberana brasileña en dólares exhiben en el mercado estadounidense bajas de 4,5% en últimos tres meses en el tramo más corto de la curva de vencimientos, donde se encuentran los que caducan en 2034, mientras el ETF "EWZ", que replica las acciones brasileñas, pierde 8% en las últimas cinco jornadas y 26% desde el inicio del año.
El deterioro brasileño, por ahora, no genera grandes alertas en el mercado argentino. Los analistas local confían en que la solidez del plan fiscal del presidente Javier Milei esta vez protegerá a los activos financieros de presiones externas, aunque advierten por la pérdida de la competitividad ante la depreciación del real.
El economista Fernando Marull, director de FMyA, destaca que los activos locales no están siendo arrastrados por el "efecto Trump" ni por la tensión brasileña, pero no descarta que si el país vecino "se complica" termine afectando a la Argentina, a pesar de la mayor resistencia que exhibe el país a golpes externos en comparación con el pasado.
Brian Torchia, gerente de finanzas corporativas de PGK, resalta que la apreciación argentina frente a su principal socio comercial, más la devaluación brasileña, ensancha más la brecha comercial entre ambos países, generando incentivos de precios muy desfavorables para la Argentina debido a la mayor competitividad que gana Brasil.
"Nos encontramos con una situación de competitividad bilateral que desde el año 1997 a la fecha sólo es asimilable a los promedios anuales observados en el período 1999-2001, en la cual a Brasil le resulta más caro comprarle a la Argentina que venderle, y viceversa", resalta.
La incidencia del país vecino sobre el comercio exterior argentino es tal que representa el 32% en el armado del Tipo de Cambio Real Multilateral (TCRM) que elabora el Banco Central, mientras que la zona Euro en su conjunto, que ocupa el segundo lugar en importancia para el frente externo argentino, significa el 19% del índice.
De acuerdo con Torchia, el ratio de competitividad bilateral de la Argentina con el Mercosur (82,6) y Brasil (73,8) refleja el "desmarque" del país vecino frente a la región. Además, implica un fortalecimiento comercial a contramano de la Argentina, lo que afecta al país no sólo en la actividad, sino también en la capacidad para generar dólares y acumular reservas.