Paola Amador Segura, la única sobreviviente del accidente aéreo ocurrido el lunes al mediodía en los cerros de Escazú, que dejó a sus cinco compañeros de vuelo fallecidos, narró haber vivido una pesadilla, de la que no habría salido sin los cuidados y el amor que le prodigaron los rescatistas que la sacaron de la montaña.
La guía turística, de 31 años, resistió 18 horas desde que la aeronave se estrelló contra una ladera a más de 2.000 metros sobre el nivel del mar y el momento en el que la subieron a una ambulancia con rumbo al hospital San Juan de Dios.
Ya hospitalizada, Paola, mamá de dos niñas de 5 y 4 años y vecina de Tarbaca, le contó a su mamá, Teresita Segura, como fueron esas horas de soledad, rodeada por la lluvia, la niebla y los animales salvajes, entre los cerros Rabo de Mico, Pico Alto y Pico Blanco.
Doña Teresita, en una entrevista concedida a Telenoticias, narró que Paola estaba exhausta el día del accidente. “El domingo trabajó mucho, yo le cuidé las bebitas. El lunes pasó aquí a las cuatro de la mañana porque iba de gira a Tortuguero. A las seis me escribió: ‘Mami, aquí vamos’”. Todo parecía transcurrir con normalidad hasta que, alrededor del mediodía, Teresita empezó a recibir mensajes sobre un accidente aéreo.
“Empiezo con una angustia en el corazón, unos escalofríos rarísimos. Cuando me doy cuenta de que sí era ella, la desesperación fue inmensa”, recuerda la señora de 51 años.
Paola subió a la aeronave poco antes del mediodía, para un vuelo de retorno a San José de 30 minutos. Como el tiempo estaba nublado, el aeropuerto de Pavas estaba cerrado, así que el recorrido varió hacia el aeropuerto Juan Santamaría, en Alajuela. “Ella dice que se durmió porque estaba muy cansada. Cuando despertó, vio la escena del accidente y pensó: ‘‘¡Esto es una pesadilla, esto es una pesadilla!’. Empezó a gritar, escuchó voces de sus compañeros, y una de ellas, la copilota (Ruth Mora), le dijo: ‘Pau, tranquila, ya vienen por nosotros’. Pero la noche llegó, y ya no hubo más voces que la acompañaran.
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La joven intentó pedir ayuda, pero sus gritos parecían no ser escuchados.
“Se despierta y es de noche. Dice que escucha voces pero nadie la escucha, y ella grita auxilio y nadie la escucha. De repente oye más y grita más, es un audio que hay. Entonces, ella me dice: ‘Mami, yo les digo que estoy abajo, que me ayuden’, y es cuando llegan y la socorren”, narró la madre.
Para entonces, a las 8:45 p. m. Paola tenía más de 8 horas inmóvil entre el fuselaje de la Cessna 206 que quedó prácticamente destruida. Los socorristas que se le acercaron se encargaron de estabilizarla y calmarla para la siguiente fase, el descenso a una zona segura. Ese recorrido, en una camilla y por trillos embarrialados, se prolongó hasta las 6:09 a. m. del martes, cuando baquianos, cruzrojistas y bomberos llegaron a una trocha donde los esperaba un vehículo 4x4.
Al llegar al San Juan de Dios, el médico de emergencias que atendió a Paola no dudó en decir que hubo intervención divina en su caso, pues la muchacha reportaba escoriaciones, contusiones, moretes y traumas en las extremidades, pero sin una lesión que comprometa su vida.
Teresita no ocultó su agradecimiento hacia los equipos de rescate. “Gracias, de corazón, a quienes salvaron a mi hija. Ella misma me dice: ‘Mami, el trato que me dieron, cómo me cuidaron… si no hubiera sido por ellos, yo no hubiera amanecido’. Le prestaron abrigos, la tranquilizaron y la llevaron con un cuidado increíble”.
Durante la misma tarde del martes, Paola fue trasladada del centro médico capitalino, al Hospital del Trauma del Instituto Nacional de Seguros (INS), en La Uruca, donde permanece bajo observación médica. Su madre y familiares la acompañan, agradecidos por lo que califican como un milagro en medio de una tragedia.
Según informó la aseguradora, la condición de la paciente es estable y se encuentra bajo la cobertura de la póliza de Riesgos del Trabajo, ya que el accidente ocurrió en el ejercicio de sus labores.
“La póliza con la que cuenta Amador no tiene límite de cobertura, lo que garantiza que recibirá todas las atenciones médicas, quirúrgicas y terapéuticas necesarias para su recuperación”, explicó la entidad.
El doctor Kenneth Rojas, director de la Red de Servicios de Salud del INS, destacó la importancia de su estabilidad: “Lo importante, por ahora, es que la paciente se encuentra estable y en el Hospital del Trauma recibirá todas las atenciones que sean necesarias para su recuperación”.
En dicho centro se someterá a nuevos diagnósticos de imágenes médicas, laboratorios, servicios quirúrgicos y apoyo emocional, tanto para ella como su familia.
Este miércoles, agrega un comunicado de la entidad, el personal médico conversó con la paciente y, de momento, manifiesta que no desea brindar ninguna declaración y tampoco autorizó a brindar mayores detalles de su estado de salud.
La Dirección General de Aviación Civil (DGAC) abrió una investigación sobre el siniestro, cuyas conclusiones podrían demorar un año en trascender.
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