Este consumo intensivo es especialmente alto entre las chicas, ya que el 24,37% supera las dos horas diarias, revela una investigación de la Universitat Pompeu Fabra y la Oberta de Catalunya, que advierte sobre la prevalencia de roles de género estereotipados y el peligro de problemas de salud mental
Más de la mitad de los adolescentes tienen dificultades para detectar una noticia falsa
Uno de cada cinco jóvenes españoles pasa más de dos horas al día en TikTok, lo que supera el umbral recomendado y aumenta el riesgo de problemas de salud mental. Así lo revela un estudio de la Universitat Pompeu Fabra (UPF) en colaboración con la Universitat Oberta de Catalunya (UOC), que analiza los efectos específicos de esta red social sobre el 'bienestar digital' de los adolescentes.
Este concepto se refiere al equilibrio entre el tiempo de conexión y el bienestar cognitivo y emocional, y se evalúa a través de tres variables: la capacidad de los jóvenes para establecer límites en su uso de la aplicación, su habilidad para generar conexiones sociales y su resiliencia emocional frente a los contenidos consumidos.
El estudio, que encuestó a 1.043 jóvenes españoles entre 12 y 18 años, revela que más de la mitad de los participantes (53,19%) dedica más de una hora diaria a TikTok, un 35,28% pasa más de una hora y media y un 20,22% supera las dos horas al día. Este uso intensivo es especialmente alto entre las chicas, donde el 24,37% supera las dos horas diarias, frente al 15,45% de los chicos. Un consumo tan elevado de la aplicación se asocia con un mayor riesgo de sufrir problemas de salud mental, como baja autoestima, estrés psicológico, una percepción negativa del bienestar emocional e incluso pensamientos suicidas.
Mientras los chicos se interesan principalmente por contenidos de videojuegos y deportes profesionales, las chicas prefieren contenidos relacionados con la belleza y la moda, lo que refleja la persistencia de los roles tradicionales de género
TikTok, la plataforma más popular entre los jóvenes a nivel mundial, se distingue por fomentar un consumo pasivo de vídeos, en el que los usuarios interactúan menos entre sí en comparación con otras redes sociales, lo que marca una diferencia significativa en la experiencia digital de los adolescentes. Este patrón de consumo podría estar contribuyendo a los efectos negativos que se observan en el bienestar digital de los jóvenes, pues en una escala del 1 al 5, puntúan su capacidad para fijar límites al tiempo de consumo con un 3,22 de media; su resiliencia emocional frente a los contenidos vistos con un 3,31 y la capacidad de generar conexiones sociales y comunidad, con un 3,64.
La investigadora principal, Mònika Jiménez, asegura que a medida que aumenta el tiempo dedicado a TikTok, los jóvenes muestran una menor capacidad para establecer límites en su consumo de la app. De hecho, aquellos que pasan más de dos horas al día en la plataforma puntúan su capacidad para fijar límites con un 2,93 sobre 5, mientras que los que dedican entre media hora y una hora la valoran con un 3,33. Los que pasan entre 11 y 30 minutos tienen una puntuación de 3,47, y los que la usan menos de 10 minutos, un 3,53.
Se plantea la necesidad de realizar auditorías periódicas a los algoritmos de las plataformas para prevenir sus efectos adictivos
La investigación también revela diferencias significativas en los tipos de contenido consumido en TikTok por chicos y chicas. Mientras que los chicos se interesan principalmente por contenidos de videojuegos y deportes profesionales, las chicas prefieren contenidos relacionados con la belleza y la moda, lo que refleja la persistencia de los roles tradicionales de género en el consumo digital.
Entre los contenidos más consumidos, los chicos puntúan más alto los vídeos de comedia, videojuegos, música, deportes y noticias de influencers, mientras que las chicas destacan los vídeos de comedia, música, moda, belleza y baile.
Ante esta situación, el bienestar digital de los jóvenes no debe depender únicamente del control parental o de la desconexión digital. El estudio destaca la necesidad de implementar programas educativos que promuevan hábitos digitales saludables, así como de dotar a las familias de estrategias de acompañamiento, con un enfoque de género. Estas acciones son fundamentales para ayudar a los jóvenes a desarrollar un uso equilibrado y consciente de las redes sociales.
Además, el estudio advierte que las medidas restrictivas no son efectivas por sí solas. Es crucial fomentar que cada joven mantenga un nivel de consumo adecuado a sus intereses y necesidades. En este contexto, se plantea la necesidad de realizar auditorías periódicas a los algoritmos de plataformas como TikTok para prevenir sus efectos adictivos y proteger el bienestar digital de los usuarios.