Entre 2013 y 2023 se registraron más de 276.000 accidentes nocturnos con más de 6.500 fallecidos, con un incremento de más del 24% entre ambos años. La falta de visibilidad, los deslumbramientos y la somnolencia son los principales temores y factores que incluyen en la accidentalidad. Por este último motivo, 1,5 millones de conductores (5%) afirman haber sufrido un accidente por la noche y casi el 20% aseguran haber estado a punto de tenerlo. Son datos del estudio «Conducción nocturna: riesgo, accidentalidad y percepción de los conductores españoles» (2013 – 2023) presentado por la Fundación Línea Directa en colaboración con FESVIAL. El informe, que analiza todos los accidentes nocturnos registrados en la última década a 30 días del siniestro, se completa con una encuesta realizada a 1.700 conductores de toda la geografía española que recoge sus opiniones y hábitos sobre la conducción nocturna. Los expertos advierten: las cifras no son casualidad. Durante la conducción nocturna el campo de visión se reduce un 20%, afectando, entre otras capacidades, a la percepción de la velocidad, la identificación de las señales y la visión periférica y de profundidad. Además, los deslumbramientos, que pueden provocar una pérdida de control del vehículo durante decenas de metros, la somnolencia, que puede causar accidentes muy graves, y la «hipnosis de la carretera», que produce una mecanización de la conducción que ralentiza la actividad cerebral, convierten a la conducción nocturna en un desafío para muchos automovilistas. No en vano, pese a que este tipo de accidentes «solo» aportan un tercio del total de fallecidos en accidentes de tráfico, su letalidad es mucho más elevada que la de los siniestros diurnos, ya que en proporción, registran un 55% más de fallecidos que los accidentes que ocurren de día (1,7% de fallecidos sobre el total de víctimas frente al 1,1% de los diurnos) y, cualitativamente, un 10,5% más de heridos graves (7,4% frente al 6,7%). Además, entre 2013 y 2023, más de 1.500 peatones y más de 1.300 motoristas perdieron la vida en accidentes nocturnos, lo que supone el 24% y el 20% del total de fallecidos. El estudio también ha identificado los lugares más peligrosos para conducir de noche en España. Para ello, se han aislado tramos de 20 kilómetros en los que se hayan producido al menos 5 fallecidos durante la última década disponible (2013-2022) con el siguiente resultado: los tramos más peligrosos de España para conducir de noche lo encabezan la AP-7, en su paso por Tarragona (km 328-345, 18 fallecidos), la N-340, en Castellón (km 1028-1043, 13 fallecidos) y la A-7 en Málaga (km 167-177, 11 fallecidos). Según el estudio, la víctima más habitual en este tipo de accidente es un hombre (75%) de unos 38 años de media y con casi 20 años de experiencia al volante. El vehículo más habitual en estos siniestros suele ser un turismo ya que está presente en el 78% de los accidentes nocturnos, que suelen ocurrir en zona urbana. Sin embargo, los accidentes en zona interurbana son, por lo general, mucho más letales debido a diversos factores, entre los que destaca la velocidad. En el ámbito temporal, los accidentes nocturnos suelen ocurrir, sobre todo, al inicio de la noche (antes de las 00.00h), con un 54% de los accidentes, aunque también repuntan al final de ella (a partir de las 6.00h), con un 22%, sin embargo, proporcionalmente, los más letales se registran entre las 3 y las 5 de la madrugada. En cuanto al día de la semana, los momentos más críticos suelen producirse los viernes y sábados (16% en ambos casos), mientras que los meses con más frecuencia accidental suelen ser noviembre y diciembre (14% en los dos meses). Los accidentes más comunes son la colisión frontolateral (20%) , el alcance (17%) y el atropello (12%), mientras que los más graves son los despeñamientos, los choques frontales y los atropellos. Por tipo de ocupantes, las víctimas más habituales son los conductores, seguidos de los pasajeros y de los peatones, aunque las cifras de letalidad son muy diferentes entre ellos. En el caso de los peatones la letalidad alcanza el 4,2% de las víctimas en los accidentes nocturnos, frente al 1,6% de los conductores y el 1% de los pasajeros. Un orden de magnitud que también se extiende a los heridos graves, donde la proporción de peatones hospitalizados llega al 15%, por el 7% de los conductores y el 5% de los pasajeros.