El ministro de Exteriores de Reino Unido, David Lammy, ha descartado este martes que Londres vaya a enviar tropas a Ucrania para combatir al Ejército ruso, después de que el diario 'Le Monde' señalara que Francia y Reino Unido no descartaban el despliegue de soldados o contratistas militares en suelo ucraniano, objeto de una invasión a gran escala desde febrero de 2022. El diario francés ha señalado este lunes, citando fuentes bajo condición de anonimato, que ambos países estaban sopesando esta posibilidad ante el repunte de las tensiones y después de que Estados Unidos autorizara a Kiev a disparar contra Rusia misiles de largo alcance, provocando duras críticas desde Moscú. Sin embargo, Lammy ha manifestado en una entrevista concedida al diario italiano 'La Repubblica' que Londres «no enviará tropas británicas al terreno en Ucrania». «Seguimos apoyando a Ucrania con entrenamiento y asistencia militar y hemos sido totalmente claros sobre que lo seguiremos haciendo mientras sea requerido y necesario», ha explicado. «Hemos sido muy claros sobre que estamos preparados y que seguimos apoyando a los ucranianos con entrenamiento, en particular, pero hay una posición sobre no enviar tropas británicas que es ciertamente la postura de Reino Unido y que sigue siéndolo en estos momentos», ha argumentado. Lammy ha señalado además que Reino Unido «está decidido a poner a Ucrania en la posición más fuerte posible » de cara al invierno y a 2025, en un momento en el que Putin «no tiene apetito alguno» por un proceso de negociaciones. «Esas negociaciones podrían empezar si retirara hoy a sus tropas», ha recalcado. En este sentido, ha hecho hincapié en que lo que se aprecia en el conflicto «es un recrudecimiento» por parte de Rusia a través de la compra de «misiles balísticos iraníes» y el despliegue de tropas de Corea del Norte en territorio ruso. «Nada de esto sugiere que haya un hombre que quiera negociar o dar un paso atrás en su agresión», ha dicho, en referencia a Putin. «Es enormemente importante que, junto a los aliados, ayudemos a Ucrania a hacer frente a esta lucha en estos momentos», ha sostenido Lammy, que ha dejado en manos de Kiev la posibilidad de negociar con Rusia la entrega de territorios a cambio de un acuerdo de paz. «Para negociar tiene que haber alguien con quien negociar», ha matizado. «Tenemos que centrarnos en los desafíos que hay por delante. La verdad de ello es que probablemente tenemos por delante un invierno amargo y duro en Europa », ha señalado el ministro de Exteriores británico, quien ha rechazado además las acusaciones de Moscú contra Londres por el disparo de misiles de largo alcance de fabricación británica por parte de Ucrania contra territorio ruso. De esta forma, ha ahondado en que Reino Unido «ha visto durante todo el conflicto» cómo Rusia usa un lenguaje «amenazante» e «imprudente», «en particular en lo relativo con la amenaza nuclear». «Es un signo de desesperación y es parte del libro de acción de Putin », ha manifestado, tras las críticas desde Moscú por la «implicación directa» de Londres en la guerra por su autorización al uso de estos proyectiles contra Rusia. Por otra parte, Lammy ha reseñado que «todos» los países «entienden» que la guerra «terminará». «No completamente por la situación sobre el terreno, sino como resultado de un acuerdo político», ha argüido, antes de reiterar que el mismo debe contemplar «garantías de seguridad» para Kiev, sin descartar la participación de tropas británicas en ese escenario. «Como parte de ese acuerdo, es enormemente importante que Ucrania tenga las garantías de seguridad necesarias y que la agresión rusa sea repelida», ha defendido. «En Europa somos realmente claros sobre que no podemos tolerar una situación en la que termina la guerra y Rusia vuelve dentro de un tiempo», ha añadido. En este sentido, ha reiterado que los aliados de Kiev «apoyan a Ucrania en medio de una guerra sucia y amarga iniciada por Putin» y que los Estados miembro de la OTAN están de acuerdo en la necesidad de «un camino irreversible» para el país hacia la Alianza Atlántica. Lammy ha dado además la razón al próximo presidente estadounidense, Donald Trump, sobre la necesidad de aumentar el gasto en defensa en Europa y ha manifestado que durante una reunión que mantuvo con él en septiembre, antes de las elecciones en Estados Unidos, vio que «es muy consciente de la amenaza que supone Rusia para la seguridad europea». «Cuando Trump alerta a Europa y anima a Europa a gastar más en defensa, sigue una larga línea»; ha explicado, antes de afirmar que la misma empezó con el expresidente Dwight Eisenhower. «Cuando Trump llegó al cargo, sólo el cuatro por ciento de los socios europeos gastaban más del dos por ciento del PIB (en defensa)», ha recordado. «Cuando dejó el cargo, esa cifra había aumentado a más del diez por ciento. Ahora es del 23 por ciento. Donald Trump está en lo cierto», ha dicho, antes de agregar que los países europeos «deben tomarse en serio el gasto en defensa y la seguridad europea». «Tenemos que ser muy serios sobre la seguridad europea con los aliados europeos», ha zanjado.