A propósito del último tramo del gobierno de AMLO para no decepcionarnos, este ha venido acompañado de una gran cantidad de interrogantes, temores y polarización, que han llevado hasta al más sensato en perder los estribos e imaginar escenarios catastróficos para la economía del país.
¿Qué hacer con nuestro patrimonio en medio de la época más “oscura” desde el salinato?
Como seres humanos y, aún más como inversionistas, es normal que nos paralicemos o salgamos huyendo ante la sensación de peligro. El no tener visibilidad o los elementos necesarios para tomar una decisión de inversión o incertidumbre conlleva a evitarla por el elevado “riesgo” o pérdida potencial que pueda sufrir nuestro dinero.
Nathan Rothschild, astuto inversionista alemán y financiero bélico de la corona inglesa en el siglo XIX solía decir “compra diamantes cuando haya sangre en las calles”.
¿Por qué reaccionar así ante un escenario tan dantesco?
…pues bueno, mi querido Solín, la incertidumbre y riesgo conllevan al hecho de comprar bonos, acciones y demás instrumentos de inversión a un precio considerablemente por debajo de su valor, en palabras de la abuela a comprar barato.
¿Cómo?... ¡claro!, si todo mundo pierde la confianza en tener su dinero invertido, digamos en deuda del gobierno mexicano ante el “trágico” echo de que podamos perder el grado de inversión…lo esperado sería que todos vendiéramos nuestros bonos y cetes y nadie quisiera quedarse con la “papa caliente”. En este caso habría muy pocos compradores o “valientes” dispuestos a invertir en México, o sea tendríamos que vender a precios muy bajos.
La “perdida” de confianza e incertidumbre se traduce a incrementos en la prima de riesgo, o sea, el “castigo” (¿para quién?) o tasa de interés más alta que tiene que pagar el gobierno mexicano para el “valiente” (el ganón) que se anime a entrarle.
Entonces pequeño Solín, si te pregunto… ¿Qué prefieres? Un bono a 10 años del gobierno mexicano a una tasa del 10% o el mismo bono al 7%. La respuesta obvia sería el 10%, o ¿no pasó por su mente esta opción?
Solamente que, para gozar de estos jugosos rendimientos, implicaría que domines tus temores y estés dispuesto invertir en medio de la incertidumbre y con un “alto” grado de riesgo. ¿Cambiaste de parecer?, espero que no, porque serías la decepción de tu abuela quien cruzaba los dedos por pagar a 10 pesos el kilo de frijol en lugar de los15 pesos cuando había escasez y no alcanzaba el dinero.
Invertir en el bono a 10 años al 10% cuando los morenazos (mejores aliados de los inversionistas que tanto detestan) ganaron carro completo (¿mala noticia para ti como inversionista?) implica haber comprado el bono 84 pesos. Comprar el mismo bono cuando todo esté “tranquila la cosa” en un par de años al 7.5%, implicaría pagar más de 100 pesos por un bono de la misma duración. ¡¡¡Gracias!!!
¿Tenía razón Rothschild de ser el único comprador de diamantes en medio de las frecuentes guerras en Europa?
No se te olvide Solín, que el inversionista por naturaleza es un comprador, y un buen comprador busca lo bueno, bonito y barato.
Inversionista con mentalidad del Special Air Service
¿Acto de fe y me aviento a invertir en deuda mexicana como Niño Héroe?, NO, invertir implica:
¿Y si México pierde el grado de inversión? La menos fea del vecindario
Brasil y Colombia no cuentan con grado de inversión y tienen una posición fiscal más comprometida que México (Deuda/PIB Brasil 84%, Colombia 63%, México 50%) y con gobernantes como Lula más derrochador y un Petro más radical que hace palidecer al nuestro. Para el caso de Brasil la tasa del bono a 10 años es de alrededor del 12% y Colombia de 9.64%.
¿No es suficiente complicado el escenario?, bueno, el Perú con sus crisis políticas recurrentes y su pasarela de presidentes destituidos y encarcelados tampoco cuenta con grado de inversión y la tasa que pagan es del 6.54%.
En conclusión, la evidencia señala que al nivel actual de las tasas del bono a 10 años en México entre el 9% y 10%, ya estamos cotizando como deuda chatarra, es decir como si no tuviéramos grado de inversión. Obviamente, esto es una oportunidad de acceder a rendimientos atractivos, no vistos en 20 años, con un riesgo relativamente bajo.
Ya para despedirnos mi pequeño Solín, siempre ten en cuenta que, un riesgo alto derivado de la incertidumbre genera oportunidades de invertir con elevada rentabilidad.
“Serenidad y paciencia” -Kalimán
Contacto: juliopuon@tec.mx