La elección de Andalucía como sede del 41 Congreso Federal del PSOE del próximo fin de semana tenía un triple simbolismo. En primer lugar, aporta el 25% de la militancia y por tanto cualquier relanzamiento orgánico debe pasar por sus agrupaciones. En segundo lugar, esta cita, como refleja su ponencia, debía despejar la incógnita clave en torno a qué financiación y modelo territorial hay detrás de los acuerdos con las formaciones catalanas que afectan especialmente a Andalucía. Y en tercer lugar es el territorio que va a marcar en 2026 el ciclo electoral por la relevancia de sus comicios autonómicos y por su peso en escaños del Congreso. Con un Pedro Sánchez que repite como secretario general como único candidato...
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