Tenía que ser él.
Romelu Lukaku, máximo goleador de la
Roma la temporada pasada, cumplió con la llamada ley del ex y amargó el redebut de
Claudio Ranieri en el banquillo ‘giallorosso’. Un solitario gol del belga, que no veía puerta desde el 29 de octubre, le devolvió el liderato a un
Nápoles que venía de sumar un punto de los últimos seis en juego (
cayó por 0-3 ante la Atalanta y empató a uno con el Inter en el Giuseppe Meazza).
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