Investigadores especializados han lanzado una declaración de emergencia sobre el impacto del cambio climático en la Antártida, una región que experimenta transformaciones sin precedentes. Durante la primera Conferencia Australiana de Investigación Antártica en más de una década, 450 expertos destacaron las graves consecuencias del deshielo en el continente helado y el océano Austral, enfatizando la urgencia de actuar para mitigar los riesgos globales.
En un documento titulado Making Antarctica Cool Again, los científicos han subrayado que el deshielo en la Antártida oriental, que contiene suficiente agua para aumentar el nivel del mar en 50 metros si se derritiera completamente, representa una de las mayores incertidumbres en las proyecciones climáticas. Según datos recientes, el continente pierde el equivalente a 17 millones de toneladas de hielo por hora, una cifra alarmante que afecta directamente las costas e infraestructuras urbanas del mundo.
El deshielo acelerado de la Antártida no solo impacta a nivel local, sino que representa un peligro inminente para las costas de todo el planeta. De acuerdo con el Programa Australiano Antártico, el nivel del mar ya ha subido 10 centímetros en los últimos 30 años, y bajo un escenario de altas emisiones, podría incrementarse hasta un metro para el año 2100.
Los investigadores destacan que los eventos climáticos extremos en la región, como olas de calor 40 °C superiores al promedio, están acelerando el colapso de las plataformas de hielo, lo que agrava aún más la situación. "Es esencial comprender que la Antártida no está aislada del resto del mundo; lo que ocurre allí afecta a todos", advirtió James Wyatt, oceanógrafo del Programa Antártico.
La crisis climática global ya deja huellas visibles en el ecosistema antártico. Colonias enteras de pingüinos emperador han perdido a sus crías debido al colapso del hielo marino en la última temporada de reproducción. Además, el hielo marino ha alcanzado niveles récord a la baja, alterando el hábitat de especies clave y reduciendo la capacidad del océano Austral de absorber dióxido de carbono, conocido como uno de los principales sumideros de carbono del planeta.
Dr. Natalia Ribeiro, experta en criosfera, subraya la importancia de conectar este problema con el público general. "La gente debe entender que proteger la Antártida es proteger nuestro futuro", afirmó.
Los científicos han pedido reducir las emisiones de carbono de manera inmediata para evitar puntos de no retorno en el sistema climático. Aumentar la financiación para investigaciones polares es otro paso clave para comprender cómo el deshielo en la Antártida y el calentamiento global afectan al planeta.
"Estamos frente a un desafío monumental. Usamos mucho la palabra 'sin precedentes' en la ciencia del clima, pero realmente es cierta", señaló Edward Doddridge, climatólogo del Instituto de Ciencias Marinas y Antárticas. "El tiempo para prevenir un impacto catastrófico es ahora."