La combinación de F1, la categoría reina del automovilismo, sinónimo de máxima tecnología y lujo, con
Las Vegas, ciudad del juego, los matrimonios y las fiestas, conocida como la capital del entretenimiento mundial y del pecado, sonaba muy bien para los propietarios de la F1 desde que anunciaron su inclusión en el calendario desde 2023. Una máquina de hacer billetes, el lugar perfecto para que los clientes que más dinero se dejan en los circuitos pudieran vivir un fin de semana único, exclusivo e inolvidable. Pero como ya ocurrió el año pasado, para los pilotos, la fiesta de
Las Vegas se convirtió en una complicación en pista.
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