Iniciando el fin de un proceso histórico, Dominique Pelicot, el hombre que drogó a su esposa Giséle (71 años, ambos), durante veinte años, para fotografiar y filmar como la violaban un centenar de hombres , entre 2011 y 2020, en el domicilio familiar, en Mazan (Vaucluse), terminó sus declaraciones la mañana del miércoles con esta confesión: «Soy un violador. Moriré como un perro». El martes, Gisèle Pelicot, hizo un implacable balance moral de su martirio, sacando una conclusión de gran calado social: «La sociedad debe cambiar su mirada hacia la violencia sexual y el machismo patriarcal». El miércoles, el esposo utilizó su última intervención, antes de la intervención de los fiscales, la semana que viene, volviendo a intentar « justificarse...
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