Hay momentos en la vida que nos marcan para siempre. Momentos en los que, cuando todo parece perdido, una mano firme y valiente se extiende para salvarnos. Hoy quiero rendir homenaje a un hombre que no sólo me salvó la vida, sino que encarna los valores de dedicación, coraje y excelencia que todos deberíamos aspirar a tener: D. Juan José Aranda Polvillo.