Había caído el diluvio por la mañana, a la hora del encierro. Sin embargo, las previsiones se cumplieron y a la hora de la corrida estaba el cielo despejado, saliendo el sol en el segundo toro. Cuando recibía Castella al flojito primero, se oían a lo lejos unos truenos, que se fueron alejando, permitiendo al francés dejar un precioso inicio de faena, llevándose al de Zalduendo a los medios, con doblones muy toreros y unos pases rodilla en tierra muy despaciosos. Ya se le hizo todo a favor en una buena brega de Viotti, en la que un gran Chacón sobresalió con los palos. Muy templado anduvo Castella, que no dejaba al toro ver más que muleta, logrando derechazos destacables....
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