Un dato curioso que quizá muchos desconozcan: el cuerpo humano no está compuesto "únicamente de humano", lo componen varios organismos. Puede parecer una idea algo exagerada, pero lo cierto es que dentro de cada persona viven miles de bacterias muy beneficiosas para la salud que le ayudan a realizar las funciones básicas y necesarias para su supervivencia.
Y es que una de las mayores ayudas que nos prestan estos microorganismo es la de mejorar todo el proceso digestivo. La famosa "flora bacteriana" que todos tenemos en el estómago está viva, y la componen pequeñas bacterias que trabajar apoyando al cuerpo humano a cumplir con sus funciones básicas de forma más efectiva. Son una parte fundamental del proceso evolutivo humano, ya que gracias a ellas pudimos mantener una dieta más variada.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) y la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO) denominan probióticos a "aquellos microorganismos vivos que, cuando se administran en cantidades apropiadas, confieren al huésped un beneficio para la salud”.
Y es que existen cantidad de alimentos, uno más desconocidos y otros que ya se pueden encontrar en cualquier gran supermercado, que ayudan a la regeneración y el mantenimiento de la microbiota que vive en el ser humano, tan esencial para una buena salud.
Primero fueron los yogures con "bífidus activo", más tarde llegaron la kombucha, el kéfir o el miso. El caso es que cada vez están más presentes en la dieta de la población española debido a las propiedades beneficiosas para la salud digestiva que aportan.
Ahora, y aunque aún está un poco de tapadillo, es otro derivado de la leche el que está viéndose cada vez más en nuestro país, importado directamente desde el mundo anglosajón, donde es mucho más consumido desde hace décadas.
No todos los alimentos probióticos provienen del extranjero, al contrario de lo que se está viendo en los últimos años. Todas las culturas gastronómicas del mundo cuentan entre sus platos típicos con alguna clase de probiótico, aunque no sea esta la cualidad que se suela destacar de ellos: es el caso del kimchi coreano o del chucrut germano.
En España, por ejemplo, existe un probiótico muy popular y muy tradicional, como son las gildas y otros encurtidos. Estos vegetales fermentados y atravesados por una banderilla diminuta son de gran ayuda para mantener una microbiota viva y sana.
Y es que hay un alimento que se lleva consumiendo durante décadas en todo el entorno estadounidense y que solo ahora, que existe una mayor concienciación sobre la salud alimentaria y la dieta equilibrada, ha destacado por sus cualidades probióticas.
Es el llamado "buttermilk", que al castellano podría traducirse como "suero de mantequilla" o "suero de leche". A pesar de ser un gran desconocido en España, en el último año está ganando muchos admiradores, tanto por sus propiedades dietéticas como para su uso en repostería.
Para hacer este probiótico en casa tan solo se necesitan dos ingredientes: la proporción por cada 250ml de leche entera es de una cucharadita de zumo de limón.
Así lo explicaba la "influencer" de cocina Mariana (@makereposteria) en su cuenta oficial de TikTok. La creadora de contenido contaba que, a pesar de que este alimento casi no se comercializaba en su país, como es tan fácil de preparar en casa no le ofrecía ninguna complicación.
Entonces, simplemente hay que mezclar estos dos líquidos manteniendo bien equilibradas las cantidades, y listo. Más sencillo imposible. Este producto tiene un uso muy común en repostería, ya que es un gran espesante para incluir en las recetas y darles más esponjosidad.
El "buttermilk" tiene una consistencia más densa que la leche, y un sabor ligeramente ácido. Las bacterias lácticas presentes en la leche entera convierten parte de la lactosa en ácido láctico.
Por lo que más se destaca en los últimos años el suero de leche es por sus propiedades probióticas, que ayudan a mantener una microbiota viva y saludable, lo que implica a su vez una mejor digestión y menores riesgos de padecer enfermedades gastrointestinales.
Sin embargo, constituye también una gran fuente de calcio que el cuerpo humano es capaz de absorber, fundamental para unos huesos fuertes y sanos. Además, el suero de leche es bajo en grasa, por lo que es una buena opción para incluir un rico lácteo en la dieta.
No solo puede usarse para preparar postres, también es un genial aderezo para ensaladas o sopas, o como . Un producto similar es la "crème fraîche" francesa, muy utilizada también en la gastronomía de muchos platos tradicionales de Europa del Este, siendo una de las salsas más populares.
