Aunque las clases sociales parecen un concepto propio de tiempos medievales, la realidad es que la sociedad sigue dividida, aunque los límites entre las clases son más difusos que entonces.
Una buena parte de la población considera que pertenece a esa famosa 'clase media' en la que te puedes permitir algunos caprichos, pero sin pasarte de la raya. De hecho, según un estudio desarrollado en noviembre de 2023 por el Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS), el 44,6% de los encuestados considera que pertenece a la clase media.
Para poder detallar los estatus en la población actual, organismos como la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) recurren al nivel económico de los individuos.
El criterio de la OCDE funciona de forma específica. La organización observa los ingresos de cada país para después analizar y calcular en qué segmento encaja cada salario, asignando cada renta a una de las tres clases sociales: alta, media y baja.
Según el último balance de la OCDE (2019), la mediana de ingresos en nuestro país se sitúa en 15.193 euros. Por tanto, para la Organización la clasificación de los estatus sociales queda de la siguiente manera:
Según los cálculos de la OCDE las clases quedarían definidas de la siguiente forma:
La clasificación de las clases sociales según los ingresos permite identificar características comunes que definen el estilo de vida, las oportunidades y las limitaciones de cada grupo.
La clase baja, con ingresos hasta 11.395 euros anuales o menos de 1.343 euros mensuales, suele enfrentar importantes desafíos económicos. Sus miembros generalmente viven en alquiler, a menudo en áreas con menor costo de vida, y pueden tener dificultades para mantener los pagos de la vivienda.
En términos de salud, dependen principalmente del sistema público, con acceso restringido a servicios privados.
El consumo de bienes no esenciales es reducido y resulta complicado ahorrar. Los empleos en esta clase son de baja remuneración, alta inestabilidad laboral, y a menudo temporales o a tiempo parcial. El transporte público es el principal medio de movilidad, ya que adquirir y mantener un vehículo propio puede ser difícil.
La clase media, con ingresos entre 11.395 y 30.386 euros anuales o entre 1.343 y 3.581 euros mensuales, representa el segmento mayoritario de la población. Sus miembros suelen vivir en propiedades propias o en alquiler en zonas urbanas o suburbanas, y tienen la posibilidad de adquirir vivienda con hipoteca.
En términos de educación, pueden alcanzar niveles educativos superiores y una mayor probabilidad de obtener títulos universitarios. Pueden combinar el uso del sistema de salud público con servicios privados.
La capacidad de ahorro es moderada, y el gasto en bienes no esenciales es más frecuente. Los empleos en esta clase son más estables y mejor remunerados, a menudo con contratos indefinidos. En cuanto a transporte, es común que posean vehículos propios y utilicen transporte público según convenga.
La clase alta, con ingresos superiores a 30.386 euros anuales o más de 3.581 euros mensuales, disfruta de un nivel de vida significativamente más alto. Sus miembros poseen propiedades en áreas prestigiosas y pueden tener múltiples viviendas.
El acceso a educación de calidad es amplio, con la posibilidad de asistir a instituciones privadas y extranjeras, lo que facilita la obtención de títulos avanzados. En salud, tienen acceso completo a servicios médicos privados, incluyendo seguros de salud de alta gama.
El consumo de bienes de lujo y experiencias exclusivas es habitual, y la capacidad de ahorro y de inversión es considerable. Los empleos suelen ser en posiciones de alta responsabilidad y remuneración, con estabilidad y beneficios adicionales. En términos de transporte, poseen múltiples vehículos de alta gama.
