Un reporte científico del Instituto Nacional de Desórdenes Neurológicos Severos y Fuertes reveló por qué el cuerpo humano da pequeños saltos, parecidos a un espasmo con sensación de vacío, cuando estamos a punto de dormirnos.
Uno de los grandes misterios de la humanidad se basa en el sueño y en todo lo que pasa en el cerebro a la hora de descansar. Los principales estudios encefálicos se hacen con el cuerpo dormido, pero, en este caso, el reporte analizó el momento previo a la conciliación del sueño.
Una vez acostado o a punto de dormir en cualquier lugar, las personas se enfrentan al momento de lograr conciliar el sueño. En ese momento, un pequeño salto o un espasmo te hace levantar y exaltarte. Pese a que parece un momento particular, se trata de una reacción natural conocida como mioclonías de sueño.
Estos movimientos musculares involuntarios ocurren en el momento previo o durante las etapas iniciales de llegar al reposo total. Las reacciones varían en su intensidad desde ligeros espasmos hasta saltos más pronunciados que nos hacen despertar muy bruscamente. No obstante, la respuesta al origen de esta situación no es todo claro.
El reporte del instituto norteamericano especializado remarcó que hay distintos factores que pueden desencadenar estos movimientos como el estrés, la fatiga, el consumo de cafeína o alcohol, e incluso ciertos medicamentos específicos.
Los espasmos previos a dormirse se llaman mioclonías del sueño y es un síntoma normal.
Además, otras investigaciones sugirieron que las mioclonías del sueño pueden estar asociadas a trastornos del descanso como el síndrome de piernas inquietas o la apnea del sueño. De todas formas, en la mayoría de los casos, el reporte explicó que estas contracciones musculares son simplemente manifestaciones benignas y no indican problemas de salud graves.
Pese a que el proceso detrás de estas acciones es complejo y no se comprende del todo, el trabajo contó que estas leves convulsiones se deben al resultado de la activación aleatoria de células nerviosas del cerebro cuando se realiza la transición en las tapas del sueño.
A medida que el órgano principal del sistema nervioso se desconecta de los estímulos externos y se empieza a relajar, también pueden darse descargas de energía, según narró el informe. En ese momento es cuando se manifiestan estas contracciones musculares repentinas que hacen dar esos saltitos en la cama.
Los espasmos del sueño permiten evitar parálisis y mantienen activos los músculos.
Otros estudios analizaron que estas mioclonías tienen una función protectora para el sistema nervioso. Como el cerebro se encuentra laborioso al procesar información para los sueños y generar otros recuerdos al mismo tiempo que cumple las funciones vitales, estas contracciones se dan para evitar las parálisis de sueño y para mantener activos los músculos.
De esta forma, el trabajo concluyó que, aunque puedan interrumpir el descanso y ser un tanto incómodos, estas contracciones no representan un riesgo para la salud. De todas formas, es importante consultar un médico en caso de que esta actividad sea síntoma de otro problema.
