Morir crucificado, devorado por bestias, descuartizado o aplastado por un elefante se cuentan entre las condenas más horribles que podía sufrir un ser humano.
La pena de muerte está prohibida en muchos países y hoy día es una cuestión debatida en muchos de los que siguen aplicándola. Sin embargo, la abolición de la pena capital no empezó a darse hasta el siglo XX y, en la mayoría de los casos, perduraron hasta finales de la centuria. Es decir, el ser humano ha llevado a cabo la ejecución de presos durante prácticamente toda la historia y, a lo largo de los años, la justicia de imperios, estados y demás instituciones que hayan gobernado un territorio han aplicado la pena de muerte con diversos métodos de tortura realizadas en público con una finalidad ejemplarizante y advertencia para quienes se planteasen ir en contra de las normas.]]>