La ex ministra de Economía y flamante presidenta del Banco Nación, Silvina Batakis, comenzó su operativo desembarco en el directorio de la entidad tras lograr que desde Presidencia de la Nación le hicieran por el momento tres asientos en la conducción.
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La secretaria de Legal y Técnica, Vilma Ibarra, le pidió ayer la renuncia del vicepresidente segundo, Federico Sánchez, que respondía en forma directa a su antecesor Eduardo Hecker; a Claudio Lozano y a Guillermo Wierzba, economista que escribe en el newsletter dominical El Cohete a la Luna que dirige el periodista Horacio Verbitsky.
"Mucha concentración de poder, dicen que tomó vuelo propio, cosa que no gustó tanto a Wado de Pedro", dicen en los pasillos del Nación acerca de Batakis, quien responde al Instituto Patria.
"Hecker sólo había nombrado a Sánchez y el resto era de todas las tribus; ese directorio funcionó sin problemas, siempre por consenso y sujeto a negociación para que convivan todas las ideas. Ella no tiene antecedentes bancarios, pero si los asesores que trae conocen de bancos, no van a pifiar en la gestión", revelan algunos recelosos puertas adentro.
En la poderosa "línea", continuará al frente la gerenta general, la contadora María Barros, primera mujer en la historia en acceder a ese puesto.
Quienes defienden a Batakis dicen que, si no se ponía dura pidiendo los puestos de todo el directorio, la iban a pasar por arriba, y no iba a poder dirigir el banco con el directorio en contra. Pedir la renuncia de todos fue la estrategia que utilizó para al menos lograr algunos lugares para su gente.
Desembarcarán a estos tres puestos técnicos de su confianza que la acompañaron en su gestión en el Palacio de Hacienda: Karina Angeletti, quien fue su viceministra y secretaria de Política Económica; Martín Di Bella, su Secretario de Hacienda; Martín Pollera, ex secretario de Comercio Interior, y José Ballesteros, su secretario Legal y Administrativo en sus 24 días al frente de Economía.
Los apenas 15 minutos que había durado la reunión de transición en el despacho presidencial del primer piso del Banco Nación entre el presidente saliente y la entrante había sido más áspera que si se hubiera tratado de un opositor que se va y un nuevo oficialista que ingresaba.
"Pedí ya la renuncia a todo el directorio", le ordenó la ex ministra de Economía, eyectada de su cargo en circunstancias similares a las que sufrió Hecker.
"No le voy a pedir la renuncia a nadie, pedísela vos", fue, palabras más, palabras menos, la respuesta del otro lado.
"Batakis sólo preguntó por cargos y presupuesto", revelaron las fuentes conocedoras de los pasillos de alfombra roja del primer puso, donde se encuentran los amplísimos despachos de cada uno de los directores, que hasta tienen un comedor especial para ellos.
Alberto Fernández le ofreció a Hecker un puesto en un organismo internacional de crédito o en el directorio del Banco Central. Hecker prefirió el Banco Central, pero todavía no salió su nombramiento a través del Boletín Oficial.
"¿Habrá sido otra de promesa falsas de Alberto?", se preguntan en el directorio del Central, donde nadie quiere dejar su silla, luego de que Arnaldo Bocco dejara la suya para que pudiera ingresar el massista Lisandro Cleri como vicepresidente, para manejar la estratégica mesa de Operaciones.
En ese cargo estaba Sergio Wocheszenyen, quien pasó a ocupar una silla en el directorio de la autoridad monetaria. No hay ningún lugar vacantes en el directorio y nadie quiere salir.
