«El ser humano sufrirá una pandemia que diezmará la población». El mismo día que el doctor Pedro Cavadas alertó de los riesgos que entrañaba el coronavirus el Gobierno español calificó de «temor infundado» la posibilidad de que el coronavirus pudiera propagarse por nuestro país y hacía un llamamiento a la población para que no cayera en «falsos alarmismos».
Más de dos años después de aquellas declaraciones, la evolución de la pandemia ha confirmado el peor de los presagios de Pedro Cavadas, uno de los mejores cirujanos del mundo, que basó sus pronósticos en los conocimientos adquiridos en su época de «estudiante de Medicina».
Cuando Pedro Cavadas alertó del riesgo de una pandemia de gran mortalidad no se había registrado ni un solo fallecimiento en España como consecuencia del coronavirus. El primero, de hecho, se produjo en el hospital Arnau de Vilanova de Valencia el 13 de febrero de 2020.
En la actualidad, España ya se sitúa en el entorno del dramático umbral de los 100.000 muertos provocados por el Covid-19 según las últimas estadísticas del Ministerio de Sanidad. Este departamento, con Salvador Illa y Fernando Simón como cabezas visibles, hizo caso omiso a las advertencias de Pedro Cavadas, quien fue calificado de «alarmista» y «propagador de bulos» por advertir de la peligrosidad del coronavirus.
Eran los tiempos en los que el Gobierno sostenía que resultaba improbable que en España se notificaran casos de coronavirus, pese a que en paralelo a los presagios de Cavadas la Organización Mundial de la Salud (OMS) decidió declarar la Emergencia de Salud Pública de Alcance Internacional (PHEIC, por sus siglas en inglés) debido al Covid-19.
A día de hoy ya se han notificado en las estadísticas oficiales cerca de once millones de contagios.
Pedro Cavadas, incluido por Forbes el la selecta lista de los mejores médicos por sus logros en matería de cirugía reconstructiva, empleó un lenguaje muy sencillo para explicar lo que estaba por llegar: «Se sospecha que tiene que ser un virus que se contagie fácilmente a través del aire, una mutación agresiva de virus de gripe que pase de un animal a las personas».
Cuando Pedro Cavadas avisó del riesgo del coronavirus el Gobierno español apelaba a «no caer en falsos alarmismos»
Mientras las autoridades sanitarias sostenían que no había que entrar en pánico ni hacer casos a teorías «alarmistas», Pedro Cavadas ya tenía claro que lo que estaba sucendiendo en China entre finales de 2019 y principios de 2020 no se trataba de un coronavirus como lo que se conocían hasta entonces. «Es un virus muy peligroso y agresivo, que se contagia con gran facilidad», avisó el médico valenciano, quien no daba crédito a los datos sobre muertos y contagiados que reportaban el Gobierno del país asiático.
«Por simple evolución biológica el ser humano tiene que sufrir en las próximas décadas una pandemia que diezme la población. Ha ocurrido en todas las especies desde hace cientos de millones de años y el ser humano no va a ser distinto. Eso va a suceder». El augurio de Pedro Cavadas se ha cumplido con creces. Solo en España los datos del Ministerio de Sanidad rozan ya la tráfica cifra de los 100.000 muertos por coronavirus, a los que hay que sumar todos aquellos que han escapado a la contabilidad de las estadísticas oficiales.
El aviso sobre las vacunas y las nuevas variantes
Más allá de vaticinar que el coronavirus no era «ni una broma ni un pretexto para vender mascarillas», a lo largo de la pandemia Pedro Cavadas ha dejado en evidencia los pronósticos de algunos de sus colegas de profesión. Así, alertó de los inevitables efectos secundarios que iban a provocar las vacunas contra el Covid-19 y alertó de que tendrían que pasar «varios años» para que las dosis contra el coronavirus llegaran a toda la población mundial.
Una evolución «asimétrica» del proceso de vacunación que, según admite la propia Organización Mundial de la Salud pone en riesgo que este mismo año pueda darse por controlada la pandemia. Al respecto, en África, donde el doctor Pedro Cavadas atiende a pacientes sin recursos a través de su Fundación, más del ochenta por ciento de los habitantes no ha recibido todavía a marzo de 2022 -dos temas después del estallido de la pandemia en todo el planeta- ni una sola dosis de la vacuna contra el coronavirus.
Pesimismo sobre el final de la mascarilla en interiores
La ausencia de protección de millones de personas supone un riesgo de que se propaguen nuevas variantes todavías más peligrosas del coronavirus, según ha alertado el director general de la OMS, Tedros Adhanom.
Este escenario propicia que en muchos países, como el caso de España, persistan algunas de las medidas para prevenir el Covid-19, como el uso obligatoria en espacios interiores. Mientras algunos epidemiólogos cren que habrá que esperar a que la incidencia acumulada del coronavirus baje de los cincuenta contagiados por cada 100.000 habitantes para poder prescindir del cubrebocas, Pedro Cavadas predijo que todavía habrá mascarilla para rato. Como mínimo, en otoño de 2022 pasará a ser opcional. El tiempo, una de vez más, volverá a dar o quitar razones en el pantanoso debat sobre los pronóstico sobre la pandemia que ha diezmado la población mundial.
