En las primeras páginas de 'Regreso a Reims', la lectura que más me impactó en este fin de año, el sociólogo Didier Eribon escribe sobre la muerte de su padre: «Yo no lo amaba. Nunca lo había amado. Sabía que sus meses, y luego sus días, estaban contados y no había intentado verlo una última vez. Además, ¿para qué? (…) la fosa que se había abierto entre nosotros durante mi adolescencia se había ensanchado con los años y nos habíamos vuelto extraños el uno para el otro. Nada nos unía, nada nos reunía». Esa sinceridad brutal va a marcar el tono de este libro de carácter autobiográfico, en el que Eribon nos cuenta cómo se transformó en un intelectual que...
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