Impasible e infalible. Ajeno al adversario, al escenario, a las circunstancias, el inequívoco
Nikola Mirotic prosigue sin detenerse su camino hacia la inmortalidad. En el santuario del barcelonismo, pero también en el del baloncesto europeo. El ala-pívot suma cifras como el que días, colecciona récords como el que colecciona chapas. Para él, el 'basketball' es un juego simple que torna complejo para los demás. Tan llamativamente habituales son sus
dobles dígitos en anotación y valoración -sólo no ha alcanzado los 10 puntos contra el Fenerbahçe en 18 partidos de Euroliga-, que
Saras Jasikevicius lo considera una rutina. "Para él es fácil meter 20 puntos por partido, le pido más, le pido liderazgo", pregona el entrenador del Barça. Y sólo registró 8 ante el Fenerbahçe pero dejó su firma final
con la canasta ganadora. Niko
tiene muchas maneras de expresarse como el mejor. El mejor equipo de la primera historia de la Euroliga en una primera vuelta tiene en él un argumento poderoso.
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