Esta medida se aplica desde 1996 con el objetivo de que los ciudadanos hagan mejor uso de las horas de luz.
El horario de verano es un medida que se aplica desde 1996 bajo el argumento de que ayuda al ahorro de energía eléctrica.
Uno de los objetivos es que los ciudadanos hagan mejor uso de la luz natural, aprovechando precisamente que durante los meses de verano, hay más horas de Sol debido a la inclinación de la Tierra. Es decir, amanece más temprano y el Sol se oculta más tarde.
Es así que el horario de verano consiste adelantar una hora los relojes para modificar la hora en que los hogares encienden la luz. De acuerdo con el Fideicomiso Para el Ahorro de Energía Eléctrica, estas diferencias son mayores en las mañanas de las 5:00 a las 8:00 horas, y en la tarde-noche de las 17:00 a las 24:00 horas.
“Al desplazarse la demanda debido a este cambio de horario, se deja de consumir energía eléctrica y, por consiguiente, disminuye la quema de combustibles”.
El Fideicomiso, en colaboración con la Comisión Federal de Electricidad (CFE) y el Instituto Nacional de Electricidad y Energías Limpias, se dedican a darle un seguimiento puntual a esta medida para conocer los resultados y verificar si efectivamente los mexicanos ahorran energía eléctrica.
Los resultados de ahorro logrados en 2018 con la implementación mostraron los siguientes resultados:
-Ahorro en consumo: 945.29 GWh
-Ahorro en demanda: 591.72 MW
Ahorro económico: mil 359 millones de pesos
Emisiones evitadas : 498 mil toneladas de CO2 equivalente
El Fideicomiso explica que “para dimensionar el significado del ahorro de energía obtenido en 2018, los 945.29 GWh serían suficientes para abastecer el consumo de 592 mil 240 casas habitación durante todo un año, con un consumo promedio de 266 kilowatt hora al bimestre (kWh/bimestre), o el equivalente al consumo de energía de 8.3 millones de lámparas fluorescentes compactas autobalastradas prendidas las 24 horas del día durante un año”.