En 1929, el de la Exposición Iberoamericana, Sevilla disfrutaba de su condición de «ciudad de los prodigios» con la que Eduardo Mendoza bautizó su memorable novela sobre la Barcelona de la exposición industrial. Todo tenía apariencia de ser excepcional aquella primavera y realmente lo fue: Jesús del Gran Poder se paseó por Sevilla el Domingo de Ramos.
El 24 de marzo de 1929 era Domingo de Ramos. ABC había publicado un número dominical extraordinario que se abría con una foto retrospectiva de la procesión de las palmas por las gradas bajas de la Catedral, a la altura de Matacanónigos, seguida de seis páginas sobre las cofradías sevillanas. La ciudad vivía con su ensimismamiento tradicional las procesiones de Semana Santa, ajena...
Ver Más
