Las relaciones amorosas e incluso las humanas suelen tener los mismos problemas. Algunas familias sin querer educan a hombres y mujeres con el chip de la manipulación y el chantaje. Pero estos son, sin duda, dos de los grandes enemigos de las relaciones amorosas.
Estos dos mecanismos meramente humanos son los que más dañan las relaciones personales. Es mejor que no intentes usarlos y, en todo caso, alejarte de las personas así. La razón es simple: por lo general son personas altamente tóxicas que terminan por envenenar personas a su paso.
Es un mecanismo con el cual una persona logra que la otra diga o haga algo. Empleando trampas o engaños o cualquier otro medio artero, un manipulador convence a otra persona de hacer algo. La manipulación se convierte en un instrumento para lograr un fin personal. Por lo general, el manipulador identifica las situaciones en las que pueden utilizar estos engaño para conseguir lo que desea. En muchas ocasiones manipulamos inconscientemente por cuestiones emocionales, pero depende de la situación en la que nos encontremos.
El chantaje psicológico es una manipulación y es considerada como un acto violento hacia la otra persona. Se obliga, literalmente, a una persona a actuar en pro de otra aunque no quiera hacerlo. Por lo general el chantaje se basa en recursos de índole emocional. Por ejemplo se emplean frases como: “Si no lo haces tu familia puede sufrir…”. “Deberías de hacerlo, de lo contrario podría irte mal”. Esta presión psicológica es considerada dañina para la otra persona. Este comportamiento llega a ser bastante tóxico y agobiante, pues le quita a la otra víctima del chantaje la libertad de hacer su voluntad.
Realmente es muy sencillo chantajear a alguien, aunque algunas personas son simplemente manipuladores natos. Se juega con el comportamiento, siempre inclinando la balanza a lo que el chantajista quiere. La gran arma de estas personas es la inseguridad y la culpa. Siempre te harán pensar que es por tu voluntad lo que vas a hacer, cuando en realidad estás complaciendo al manipulador. En las relaciones tóxicas el chantaje es un arma muy poderosa, pues se recurre a generar un sentimiento de culpa: “Si te vas a tu fiesta me vas a dejar solo y no se que voy a hacer…”.
Lo grave de los chantajes emocionales es que pueden llegar a la coacción. Una persona no solo convence a otra de que lo que hace esta mal, sino de hacer algo contrario a su voluntad. La coacción es mucho más agresiva que la manipulación o el chantaje, ya que se ayuda del poder y la violencia. El chantajista o manipulador se siente con el poder de hacer que los otros hagan lo que él quiere, sin importar el costo. En este punto hay amenazas sutiles o muy directas. Se vale del miedo de las demás personas o de su vulnerabilidad.
Las víctimas de estas situaciones muchas veces saben perfectamente que están siendo manipuladas; sin embargo, el temor les impide reaccionar. Este es el papel que tiene el abusador en una relación amorosa. Estos son los dos grandes enemigos de las relaciones amorosas, es mejor que evites a las personas que presentan este tipo de comportamiento.
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