La Policía, en la inspección ocular que realizó en el lugar en el que fue encontrado el cadáver de Blanca Fernández Ochoa, no encontró ninguna carta o mensaje, algo habitual entre las personas que deciden quitarse la vida. La familia tampoco ha comunicado nada al respecto, por lo que fuentes de la investigación consultadas por LA RAZÓN recomiendan mucha prudencia a la hora de dar noticias al respecto.
El cuerpo se encontraba en estado de descomposición por lo que no se puede descartar que la esquiadora sufriera algún golpe. Será la autopsia la que determine estos extremos.
Los investigadores encontraron en la mochila de la fallecida los medicamentos que, al parecer, solía tomar, así como algunos alimentos, como embutidos y pan.
La aparición de los medicamentos no se relaciona necesariamente, a espera de los resultados de la autopsia, con un acto de muerte voluntaria. “Se trata de un asunto delicadísimo en el que se debe aventurar nada por respeto a la fallecida y a su familia”, agregaron.
