La economía de Castilla y León siguió creciendo en el segundo trimestre por encima del 2 por ciento, en concreto un 2,4, cifras positivas pero que no deben impedir señalar una bajada con respecto a los primeros meses del año, cuando se creció un 2,6.
Así lo explicó el consejero de Economía y Hacienda, Carlos Fernández Carriedo, quien señaló que desde la perspectiva de la oferta los datos fueron favorables, sobre todo gracias al sector servicios.
Sin embargo, la sequía que azota al campo de la Comunidad hizo que el Valor Añadido Bruto (VAB) del sector primario fuera un 4,5 por ciento menos que en el mismo periodo del año anterior. En este sentido, los últimos datos disponibles de la producción de cultivos de esta campaña reflejan un decrecimiento de la producción en contraste con la importante campaña anterior.
También decreció, aunque de forma menos significativa, la industria ante la desaceleración de las ramas factureras y descenso de las energéticas que Fernández Carriero atribuyó a la crisis de las centrales térmicas así como a la bajada en la compra de vehículos que «no se ve favorecida con los anuncios que se realizan en torno a este sector desde el Gobierno central y que están confundiendo a los consumidores», señaló.
Por otro lado, el sector de la construcción creció un 3,1 por ciento y el de los servicios -el único que se ha acelerado- un 3,5 por ciento dado que los servicios de mercado (turismo, financiero o inmobiliarias, entre otros) aumentaron un 3,3 por ciento y los no de mercado un 4,1 por ciento.
Por todo ello, avisó de una «ligera desaceleración» que debe llevar a la «reflexión» para que se tomen las medidas oportunas que permitan impulsar la industria así como el consumo.
Finalmente, insistió en que «todavía estamos en fase de crear empleo pero a menor ritmo que hasta ahora», lo que tiene que ser un «toque de atención» para que esta materia sea una prioridad en España y en las Comunidades ante los últimos datos del paro.
