Odio decir se los dije. La oleada de neofuncionarios llegados con la elección de julio de 2018, trajo nuevos bríos a una sociedad que con justa razón se encontraba harta de la corrupción y el abuso de todos los colores; sin embargo, y sin generalizar, han topado de frente con numerosos casos de arribistas que llegaron a cargos que jamás soñaron, y por tanto jamás se prepararon para desempeñarlos. Y el nivel municipal, quizá el menos mediático, ha sido el que acapara los ejemplos patéticos.
De alguien escuché la reflexión de que aceptar, ocupar y cobrar por un cargo para cuyas funciones no se está capacitado, es también una forma de corrupción. Nada más cierto. Tanto daño causan los abusivos servidores públicos “profesionales” que medran con el erario para sus fines personales, como los improvisados que con la mejor buena fe echan a perder las oportunidades de desarrollo por no tener ni idea de lo que están haciendo. Hay quienes su mejor carta de recomendación es el compadrazgo con el nuevo alcalde.
En el Estado de México, el reciente capítulo del Fefom (Fondo Estatal de Fortalecimiento Municipal), en el que estaban en juego 4 mil millones de pesos para distribuir entre las 125 demarcaciones de la entidad, y en el que sólo 53 obtuvieron 100 por ciento de los recursos que solicitaron, deja al desnudo la falta de preparación de los integrantes de muchas comunas para hacer las gestiones necesarias en favor de sus ciudadanos.
Y es que la dinámica era presentar proyectos de obras necesarias y de beneficio mayoritario, pero no como una cartita a Santa Clós, sino con el sustento técnico y las consideraciones documentales necesarias de que eran obras fundamentales que ameritaban realizarse. Menos de la mitad lo logró hacer adecuadamente en su totalidad.
Los legisladores mexiquenses, que previamente aprobaron las reglas, montos y criterios, tienen en su poder un detallado informe que expone a quienes no hicieron la tarea. Y ni cómo ayudarles, pues.
No es consuelo, pero al menos otros ocho municipios recibirán entre 75 y 99 por ciento del dinero y 27 obtendrán al menos el 50 por ciento, y de ahí otros 27 para abajo.
Hubo, hasta donde se sabe, disposición de asesorarlos para “bajar los recursos”, por parte de diversas instancias e incluso con alguna orientación del IAPEM, pero fueron en general llamados a misa. Hay madera que no agarra barniz.
El mismo diputado presidente de la Jucopo, Maurilio Hernández, con gran honestidad, está consciente del problema, y aunque acusa “lagunas” en el procedimiento reconoce que no hubo causas políticas y pide haya consideraciones. A ver cómo avanza el asunto.
Por cierto, para completar los 125 casos, la penosa lista de las pésimas gestiones que no lograron ni un centavo la conforman Coyotepec, Cuautitlán, Huehuetoca, Jaltenco, Nicolás Romero, San Antonio la Isla, Tepetlaoxtoc, Tezoyuca y Tonatico. Amatepec de plano no presentó un solo documento.
