Está previsto que el primer centro de crisis para víctimas de violencia sexual aBea sus puertas en Madrid en septiembre, pero el cambio de gobierno en el Ayuntamiento ha dejado en el aire cómo evolucionará el proyecto. La ausencia de este tipo de servicios en España, recomendados por el Consejo de Europa y concebidos para la atención de emergencia y abiertos 24 horas, confronta con los últimos datos disponibles sobre violencia sexual: solo en el primer trimestre de 2019, se han registrado 2.374 denuncias por agresión y abuso sexual, 911 al mes y 29 cada día, según el Ministerio del Interior.
Los datos forman parte de los balances de criminalidad que publica trimestralmente el Gobierno sin desglosar por tipo de delito. eldiario.es ha accedido a las cifras desagregadas, que confirman que el abuso y la agresión sexual –así está diferenciada en el Código Penal– es la violencia sexual que más denuncias registra. Así, el total de delitos contra la libertad sexual de enero a marzo de este año fue de 3.576, un 18% más que en el mismo periodo de 2018. Por tipo de delito, el acoso sexual ha aumentado un 75%, aunque sobre una cifra pequeña (de 84 a 147 denuncias) y el abuso sexual lo ha hecho en un 31,1% al pasar de las 1.236 a las 1.620.
Si analizamos la variación interanual, los delitos de agresión y abuso sexual han crecido un 60% en los últimos seis años. La tendencia al alza se inauguró en 2014 y el mayor aumento se produjo entre 2017 y 2018.
En este escenario, varias comunidades autónomas siguen sin contar con centros especializados en violencia sexual y a día de hoy en ninguna existe uno de emergencia, anunciado por el consistorio madrileño en junio de 2018. El ayuntamiento aprpbó el pasado mes de abril los pliegos para licitar el servicio de lo que se trata de un equipamiento pionero en España que se extendió en Europa y Estados Unidos en la década de los 70, donde ahora se ha generalizado. Su objetivo es diseñar un sistema de atención accesible y de urgencia basado en la coordinación entre instituciones para que las víctimas sean atendidas nada más producirse la agresión.
El Ministerio del Interior también ha publicado datos sobre el perfil de las personas denunciadas y denunciantes. Según el análisis del periodo temporal comprendido entre 2012 y 2017 por parte del organismo, las mujeres son claramente las que sufren la inmensa mayoría de la violencia sexual: son el 88% de las víctimas. Por su parte, la mayoría de personas investigadas y detenidas por esta causa, son hombres (un 98,4%).
Apenas hay datos públicos sobre violencia sexual más allá de las denuncias. Son muchas las expertas y penalistas que llevan años pidiendo la realización de encuestas de prevalencia al respecto, pero la última disponible data de 2014 y se realizó a nivel europeo. La Agencia de los Derechos Fundamentales de la Unión Europea (FRA, por sus siglas en inglés) preguntó a las mujeres por varios tipos de violencia sexual y en qué medida la habían sufrido en los 12 meses anteriores. Entre otras cosas, el estudio reveló que, de media, un 21% de mujeres residentes en la Unión Europea (UE) fueron víctimas. En España, así lo aseguró el 18% de las encuestadas.
Aunque no ha hecho encuestas de prevalencia a nivel nacional, el Gobierno sí ha publicado un estudio en el que analiza la percepción de la violencia sexual entre los ciudadanos. La investigación, elaborada por la Delegación del Gobierno contra la Violencia de Género en 2018, constató que los prejuicios y los estereotipos no han sido del todo desterrados. En base a casi 2.500 entrevistas, la encuesta reveló que uno de cada dos españoles, el 47,4%, estaba en algún grado de acuerdo con la afirmación de que el alcohol es a menudo causante de las violaciones.
A pesar de que la mayoría de las personas rechazaba afirmaciones que culpabilizan a las víctimas de forma explícita, aún el 43,8% de las respuestas apuntó a que si una mujer no quiere tener sexo con un hombre, no debería coquetear con él. Este estereotipo se suma a la lista de ideas preconcebidas erróneas que a veces son creencias asentadas y que en última instancia implican culpabilizar a la víctima o eximir al agresor.
Por último, el estudio sobre la percepción de la violencia sexual apunta también a la cuestión de la credibilidad de las mujeres que denuncian haber sufrido alguna agresión. Justo algo que la movilización feminista de los últimos años, y muy especialmente al hilo del caso de 'la manada', ha querido revindicar en la calle con el "Yo si te creo". Así, aunque la mayoría de personas consideró que no influía, todavía un 22,5% respondió que una mujer que haya tenido muchas parejas sexuales, tiene menos credibilidad a la hora de hablar de su agresión.
