Frente a la violencia política del gobierno norteamericano, la decisión que tuvieron que tomar no era entre una buena y una mala, más bien era entre dos malas, por lo que el gobierno eligió la del mal menor. La decisión lograda por el Gobierno del Presidente López Obrador frente a la amenaza de imponer aranceles a las exportaciones mexicanas a los Estados Unidos, a cambio de que nuestro gobierno aceptara demandas derivadas de la creciente ola de migrantes viajando por nuestro país, puede considerarse como la decisión que logró, al menos temporalmente,“el mal menor”.
Entre brumas y oscuridades de las negociaciones, que puedan permitir claridad y orden a los acontecimientos para revelarnos la realidad, siempre oculta y otras veces disfrazada, ha quedado la confusión derivada de la incapacidad para comprender la complejidad de la situación.Las circunstancias parten de una relación histórica de abusos, desde el despojo de poco más de la mitad de nuestro territorio original, consumado en 1848, hasta nuestros días. La historia moderna ya está reservando a Donald Trump su lugar como el presidente norteamericano más agresivo contra México.
Es violencia política, como una forma de ejercer el poder ante un conflicto migratorio, que recordando a Federico Engels señalaba que en el ejercicio del “poder, la violencia, no es más que el medio, mientras que la ventaja económica es el fin”. Unos lo han identificado como ejemplo para las demás naciones de lo que están dispuestos a hacer frente a la recomposición de las fuerzas del poder mundial.Es la violencia política en forma de amenazas, por ahora, de imposición de aranceles, con graduación de medidas.
Los avances de la ciencia, la tecnología y la economía como tácticas de guerra, proporcionan medios que pueden producir mayores daños, como es la destrucción de la economía de una nación. Se trata de algo similar a las antiguas “bombas inteligentes” utilizadas en la “Tormenta del desierto” de principios de 1990.
Como lo reconozco en mi reciente libro “Introducción a la política gubernamental” editado por el Instituto de Administración Pública del Estado de México (IAPEM) “Gobernar nunca ha sido sencillo. Y lo más difícil es pensar para formular y tomar decisiones. La complejidad de viejos y nuevos problemas, el reto del futuro, la mundialización de la economía y la información, así como constantes avances científicos han demostrado la necesidad de que los gobiernos usen la investigación científica y la aplicación del conocimiento para lograr una mejor Política Gubernamental.” La prospectiva es una herramienta indispensable para tomar las mejores decisiones hoy, para muchos años adelante, revisando los escenarios posibles. Esto lamentablemente, apenas inicia.
