Cuenta la leyenda que cuando el escultor Gregorio Fernández concluyó el «Señor Atado a la Columna» se le apareció Cristo y le preguntó. «¿Dónde me miraste que tan bien me retrataste?», a lo que el autor del prodigio artístico contestó «Señor, en mi corazón».
Hoy, cuatro siglos después de que saliera del taller de uno de los principales imagineros españoles, sigue sobrecogiendo el realismo de esta talla realizada por encargo de la Cofradía de la Vera Cruz de Valladolid, una de las más antiguas y también numerosas de la ciudad, actualmente con más de 1.300 hermanos.
La Hermandad está inmersa este 2019 en la celebración del cuarto centenario de la talla, que comenzó el pasado 6 de marzo, Miércoles de Ceniza, y que cobra aún más fuerza si cabe durante esta Semana Santa. Su conmemoración supone en palabras del alcalde de la cofradía, Daniel Domínguez Repiso, «la reivindicación de la historia de la cofradía», que cuenta con otras hermosas tallas del imaginero como la Virgen de los Dolores y el Crucificado de El Descendimiento. Considera también que el cuarto centenario de la talla servirá para que los hermanos cofrades vuelvan a ser conscientes del «patrimonio global que tiene la Cofradía».
Destaca José Luis Miguel, el archivero de la cofradía y uno de los que más sabe sobre la historia de la misma, que es una imagen «muy querida en Valladolid» y que es imposible no maravillarse ante la talla por el «fuerte naturalismo» en el modelado de su cuerpo. El rostro, «bellísimo», incluye una barba partida en dos puntas típica de los Cristos de Gregorio Fernández y los ojos, de cristal convexo, «hace que de la sensación de que te está continuamente observando le mires desde donde le mires». Pero a pesar de la singularidad de rostro y manos lo que más sigue impactando de la talla del imaginero castellano es la espalda, «todo una llaga». «Para realizarla, Gregorio Fernández utilizó corcho junto a la madera con el fin de dar realismo a los coágulos de sangre». Sin embargo, una de sus partes más delicadas es su paño de pureza, debido a sus «angulosos plegados», lo que le vincula a la tradición gótico flamenca.
El «Cristo Atado a la Columna», durante una procesión en Valladolid
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F. BLANCO
La talla, que la Vera Cruz cede para procesionar a la Cofradía del Atado, se encuentra habitualmente en la hornacina de un retablo barroco, obra del ensamblador Alonso del Manzano en 1693. Recuerda el archivero que se cree que originalmente formaba parte de un conjunto escultórico «de unas cuatro o cinco figuras» que fueron retiradas durante la Desamortización de Mendizábal y que pasaron a engrosar los fondos del Museo Nacional de Escultura.
Procesiones
Tras participar en las procesiones del Rosario y del Martes Santo, el «Señor Atado a la Columna» volverá a procesionar este Jueves Santo en la Procesión de Regla con todos los pasos de la cofradía y el Viernes Santo volverá a salir en la General.
Sin embargo, los actos de celebración del cuarto centenario de la talla no concluirán con la Semana Santa, ya que la cofradía tiene previsto celebrar unas charlas técnicas e histórico-artistas en el mes de septiembre aprovechando las fiestas de la hermandad. Se sumarán a la ya celebrada procesión con el Cristo en andas, una de las escasas veces que ha sido portado de esta manera.
La Cofradía continuará celebrando aniversarios en los próximos años, ya que al ser realizadas las tallas por las mismas fechas el próximo 2020 tendrá lugar el cuarto centenario del Ecce Homo y en 2023 la Coronación Canónica de la Virgen de los Dolores.
