Eden Rock, en la isla de San Bartolomé, es uno de los resorts más caros y exclusivos del Caribe. Con precios que alcanzan los 6.500 euros la noche, por sus suites y villas han pernoctado durante décadas celebridades como Greta Garbo, Howard Hughes, Rihanna, Tom Hanks, Leonardo DiCaprio, Elton John, Beyoncé o Brad Pitt. Es también el lugar donde Pippa Middleton (34) disfrutó de su luna de miel tras su romántica boda campestre con el multimillonario James Matthews (42), en mayo de 2017. Y es, además, símbolo del poder económico y del relajado savoir faire de David Matthews (74), el todopoderoso suegro de la «hermanísima» de la Duquesa de Cambridge, quien en 1995 adquirió este complejo turístico a un playboy aventurero llamado Rémy de Haenen y allí se instaló en compañía de Jane Parker, su segunda esposa.
Podría ser, sin embargo, la tumba del prestigio del propio Matthews, pues en el mismo Eden Rock ahora se centran las investigaciones sobre la supuesta violación de una menor -«The Sun» apunta que habrían sido dos las mujeres que le han denunciado- y que esta semana ha llevado al arresto en París del magnate británico durante 48 horas.
Sucedió hace 20 años
Tal y como este sábado confirmó a los medios un funcionario judicial de la capital francesa, el 27 de marzo David Matthews fue detenido por la Brigada de Protección de Menores en el aeropuerto de Orly, cuando se encontraba en tránsito hacia el sur de Francia. Tras ser interrogado, quedó en libertad bajo fianza y sujeto a condiciones que al cierre de esta edición no habían sido especificadas, aunque se ha abierto un plazo de seis meses para llevarle a juicio. El cargo del que oficialmente se acusa al suegro de Pippa Middleton es de «violación de una menor por parte de una persona que tiene autoridad sobre ella» y, según se ha sabido, aunque los hechos se remontan a los años 1998 o 1999, la denuncia fue presentada en Francia, en septiembre del pasado año. La cadena Europe 1 ha informado que se trataría de una «sobrina» de David Matthews, quien, por otro lado, este sábado negó las «escandalosas» acusaciones.
Cuando en julio de 2016 se hizo público el compromiso matrimonial entre la pequeña de los Middleton y el heredero los Matthews, muchos subrayaron el «braguetazo» del joven financiero y expiloto de carreras al vincularse con uno de los apellidos de mayor prestigio del Reino Unido por su conexión con la Familia Real británica. Pero precisamente era Pippa quien se llevaba «un auténtico partidazo», en palabras de un amigo de la pareja al rotativo «Daily Mail». Entre las credenciales del futuro marido destacaban una casa de más de 20 millones de euros en el barrio londinense de Chelsea, un avión privado (Pilatus PC-12 valorado en 3,5 millones de euros) y una exitosa trayectoria como gestor de fondos de inversión.
Descendiente de una familia minera del norte de Inglaterra -al igual que la de su esposa-, James Matthews decidió pronto enfriar su pasión por el volante para seguir la estela de su progenitor, multimillonario hecho a sí mismo, quien comenzó a levantar un imperio financiero cuando vendió su pequeño taller de reparaciones a principios de los años 70. David Matthews abrió entonces una cadena de concesionarios que fue viento en popa y que posteriormente vendió a precio de oro. Además del hotel Eden Rock, en San Bartolomé, y de una mansión en el condado de Lincolnshire, tiene propiedades en Escocia.
En 1999 la tragedia golpeó a los Matthews, cuando Michael, primogénito de David y hermano mayor de James, falleció descendiendo el Everest después de haber coronado la cima. Ahora, la «familia perfecta» se prepara para batallar por el buen nombre del jefe del clan.
