Enésimo guiño del Gobierno de Ada Colau al independentismo. El Ayuntamiento de Barcelona celebró ayer una recepción institucional para arropar y trasladar su estima a los familiares de los cuatro cabecillas independentistas encarcelados. La alcaldesa aprovechó la cita para exigir la liberación de Oriol Junqueras, Joaquim Forn, Jordi Sànchez y Jordi Cuixart, y, mientras ésta no llegue, su acercamiento a cárceles catalanas. «Es una cuestión que no va de independentismo, va de derechos humanos», aseguró.
Primeramente, la alcaldesa se reunió a puerta cerrada con la mujer de Oriol Junqueras, Neus Bramona –que no estuvo en el posterior acto público–; de Jordi Cuixart, Txell Bonet; de Jordi Sànchez, Susanna Barreda, y de Joaquim Forn, Laura Masvidal. Tras ello, y ya públicamente, Colau denunció que con estos encarcelamientos se están vulnerando los derechos humanos y que se trata de una «injusticia». La alcaldesa consideró un «castigo» para las familias la distancia geográfica de las cárceles en las que sus allegados están en prisión provisional y aseguró que parece que exista un «espíritu de venganza ante la discrepancia política».
La alcaldesa alabó que la cita congregara personalidades con posicionamientos muy distintos y que estos hubieran podido coincidir en puntos en común firme a favor de los derechos humanos. Al acto, de hecho, asistieron varias entidades, así como ediles de BComú, PDECat, ERC y la CUP.
La ausencia del PSC, a quien acusaron de mezclar «una cuestión humanitaria con una política»,fue especialmente criticada por estas formaciones. El presidente del grupo municipal del PP, Alberto Fernández, lamentó que Colau convierta el Ayuntamiento en u n «casal independentista».
